Acceder a una vivienda se ha convertido en un reto casi inalcanzable para los jóvenes. La combinación de sueldos precarios, el alza en los precios y falta de políticas de vivienda eficaces ha empujado a muchos a replantearse el sentido tradicional de tener una casa.
Más allá de buscar un hogar, los jóvenes de la generación Z ven la adquisición de una propiedad como una inversión.
Según el último informe del portal inmobiliario español pisos.com, más de la mitad de los jóvenes de entre 18 y 27 años (56%) preferiría comprar una casa no para vivir, sino para alquilarla o venderla, idealmente tras una reforma que aumente su valor.
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¿Dónde invertir?
La ubicación de la propiedad sigue siendo clave, sobre todo para los más jóvenes. El informe detalla las preferencias de compra con fines de inversión:
- 33% prefiere hacerlo en el centro de una gran ciudad
- 25% opta por municipios bien conectados
- 18% elige un pueblo costero
- 15% se inclina por la periferia urbana
La generación Z y los millennials muestran una clara tendencia a priorizar ubicaciones estratégicas, en contraste con generaciones anteriores. De hecho, el 80% de la Gen Z y el 73% de los millennials se decanta por zonas céntricas o bien comunicadas, frente al escaso interés por áreas rurales que muestran la generación X (5%) y los boomers (2%).
La tendencia que marca el estudio es clara: mientras las generaciones anteriores asociaban la compra de vivienda con estabilidad familiar, las nuevas generaciones la ven como una vía para generar ingresos y garantizar cierta seguridad financiera.
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Según expertos, esta transformación del comportamiento juvenil requiere una revisión urgente de las políticas públicas, los modelos de financiación y el desarrollo urbano. (I)