Repulsión. Eso generaba escuchar el nombre de Luis Alfredo Garavito, un hombre transformado en “bestia” que llegó a abusar sexualmente y a asesinar a al menos 200 niños.

Era de nacionalidad colombiana. Había sido diagnosticado con leucemia y murió en Valledupar el jueves 12 de octubre de 2023. El Colombiano agregó que tenía cáncer ocular.

Será recordado “como el mayor asesino en serie de niños en Colombia”, divulgó EFE.

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Garavito, el asesino de niños que Ecuador intentó juzgar, padece de cáncer de ojo y leucemia

La huella de terror y muerte que deja Luis Alfredo Garavito

Garavito nació en 1957 y la prensa de Colombia reseñó que a los 12 años “fue abusado y torturado por un amigo de su papá”.

Este sujeto dejó “su estela de muerte más de 12 departamentos en el país, pero también sembró el horror en localidades de Ecuador”.

Recordaron en EFE, hace más de una década, que “se hacía pasar por indigente, monje, vendedor, e incluso por discapacitado y así lograba la atención de los menores, de entre 6 y 16 años, a los que ofrecía dinero y otros obsequios”.

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A Garavito lo llamaron “La Bestia”. Tuvo otros apodos como “El Monje”, “El Mendigo” y “El Loco”.

El inicio de su retorcida voracidad abusiva inició pronto: “a los 14 años cometió su primer intento de violación: acorraló a un pequeño de cinco años, pero lo descubrieron. Aquella pedofilia desembocó en una ola de crímenes que emergió cuando Garavito contaba con 35 años. Cuanto más torturaba a sus víctimas, más placer sexual sentía”, publicó en 2020 La Vanguardia.

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Tras ese violento episodio con el menor de 5 años, “su padre -quien lo sometía a palizas- lo echó de la casa en rechazo a su ‘comportamiento homosexual”, añadió El Colombiano.

El vendedor de estampitas religiosas

Este violador y asesino en serie fue “vendedor ambulante de estampitas religiosas”, señaló La Vanguardia. Mientras que en El Colombiano reseñaron que “La Bestia” se vestía de sacerdote.

Sus ‘zarpazos’ eran planificados. Ofreciendo imágenes “del Papa Juan Pablo II y del Niño del 20 de Julio” iba de departamento en departamento. Pasaba por episodios con la bebida y eso, divulgó La Vanguardia, provocaba “estallidos violentos contra todo aquel que estuviese delante: parejas, jefes o compañeros de trabajo”.

Para evitar ser descubierto, cambiaba continuamente de aspecto y se disfrazaba de sacerdote, granjero, anciano, vendedor ambulante, profesor… Después, elegía a menores entre 6 y 16 años.

La Vanguardia

Abusos a niños

Garavito raptó a niños y niñas. “Tenía facilidad para eso”, dijeron.

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Para atraer a los menores “les entregaba estampitas del Niño Dios y agua bendita y cuando ya los niños estaban confiados, los llevaba a zonas boscosas y allí acababa con sus vidas y abandonaba sus cuerpos”, describió El Colombiano

A Garavito lo detuvo un policía colombiano de Villavicencio (Meta), cuando intentaba violar a un menor, reseñaba EFE hace una década.

Corría el año 1999. Descubrir su pasado criminal apenas iniciaba. Solo una mente perversa podía hacer lo que Garavito hizo.

Cuando con sus señuelos ganaba la atención de su víctima se los llevaba. Bebía brandy hasta embriagarse. Allí iniciaba la tortura.

Muere Luis Alfredo Garavito, el violador y asesino de más de 200 niños en Colombia, Ecuador y Venezuela

La Vanguardia describió la crueldad citando informes forenses: los cadáveres estaban atados de pies y manos, los golpeaba y pisoteaba en el estómago, pecho, espalda o cara; los marcaba, cortaba o mutilaba con cuchillos o destornilladores, para después violarlos brutalmente”.

Solo alcanzaba el clímax de placer cuando los degollaba. Tras los asesinatos, Garavito abandonaba los cadáveres.

La Vanguardia

De acuerdo con El Colombiano, “Garavito le confesó a la Fiscalía que había asesinado y violado a unos 182 niños en 11 departamentos del país”.

La memoria fotográfica que este sujeto impactó a un periodista, Rafael Poveda, tras entrevistarlo. “Recordaba cada detalle, de dónde se llevó al niño, cómo se llamaba y dónde lo dejó”.

Huella criminal

Mientras avanzaba el proceso judicial, “las autoridades habían encontrado restos de niños entre los 8 y 16 años en Risaralda”.

La huella criminal, poco a poco, fue develándose en más de 10 departamentos colombianos.

El juicio cerró a finales de 2001. “La justicia colombiana lo condenó a 1.853 años de cárcel por su responsabilidad en el acceso carnal, violento y asesinato de 143 niños y adolescentes. Pero en la práctica, la sentencia fue de 40 años”.

En Ecuador se le atribuyeron dos muertes de niños. “La Embajada de Ecuador en Colombia entregó el 17 de mayo de 2011 en el Ministerio de Relaciones Exteriores de ese país la documentación apostillada dentro del proceso de extradición activa No 22-2008, contra Luis Alfredo Garabito Cubillos”, publicó El Universo en su momento.

Corte colombiana niega extradición de Garavito a Ecuador

Colombia negó la extradición a Ecuador. Garavito era solicitado por las autoridades ecuatorianas para cumplir en el país una pena de 22 años de prisión por la violación y asesinato de dos menores de edad, publicó Qué Noticias.

La agenda de la muerte

Luis Alfredo Garavito no solo tenía memoria fotográfica. Las autoridades indicaron que le confiscaron, en casa de una mujer, una agenda.

En manos de la justicia, el sospechoso, a las primeras de cambio, " negó ser el responsable de la muerte de 114 víctimas, todas ellas documentadas gracias a la agenda confiscada por la Policía en la casa de una novia de Garavito”, dijo La Vanguardia.

Los investigadores lo desenmascararon. No tuvo otra opción que hablar.

Pidió un mapa y también la agenda donde tenía documentados los crímenes. Entonces, señalando el plano dijo: Aquí enterré todos los cadáveres

La Vanguardia

“Cada vez que yo tomaba (bebía alcohol) me daba por ir a buscar un niño”, relató para luego soltar: “Hice un pacto con el diablo”, reseñó sobre la dura confesión La Vanguardia.

Ante las autoridades, “uno por uno desglosó las fechas, las ciudades y cada palito escrito al lado. Uno, dos, tres, cuatro… dependiendo de cuántos pequeños hubiese asesinado en cada localidad”.

Garavito comentó que “por las noches, lloraba por sus crímenes, pedía perdón a Dios. Cantaba himnos y en ocasiones se autoflagelaba, pero por las mañanas sentía un impulso violador y unas ganas irrefrenables de matar”, publicó El Telégrafo.

Se le juzgó por acto sexual violento, homicidio, acceso carnal violento, secuestro simple e incendio culposo, apuntó EFE.

En noviembre de 2021, se asomó la posibilidad de que Garavito saliera de la cárcel y el entonces mandatario colombiano Iván Duque no contuvo su indignación: “Es un bandido, un delincuente y una rata apestosa que no ha hecho si no producir daño a niños en el país”. Sin palabras... a sus 66 años murió “La Bestia”. (I)

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