Un estudio publicado en Nature este miércoles identificó a los parientes más antiguos de la amplia gama de animales actuales que habitan en la Tierra.

Se trata de los ctenóforos, criaturas similares a las medusas.

Esta investigación fue liderada por el Instituto de Investigación del Acuario de la Bahía de Monterrey (MBARI, de EE.UU.), según reseña la agencia EFE. Esto se contrapone con otra teoría evolutiva que apuntaba que la evolución arrancaba con los poríferos, también conocidos como esponjas de mar.

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Para este trabajo, los expertos analizaron grupos de genes que siempre se encuentran juntos en un solo cromosoma, ya sea en humanos, roedores, moluscos o corales, hasta constatar que los ctenóforos son el llamado “grupo hermano” de “todos los demás animales”, exponen en un comunicado.

Este hallazgo sobre los vínculos genéticos ayudará, destacan, a entender cómo han evolucionado en el tiempo características clave de la anatomía animal, como por ejemplo los sistemas nerviosos o los digestivos.

“Hemos desarrollado una nueva manera de echar un vistazo tan atrás como es posible a los orígenes de la vida animal. Hemos recurrido a la genética para retroceder a hace unos mil millones de años y obtener la evidencia más clara hasta la fecha sobre los primeros eventos en la evolución animal”, señala Darrin Schultz, ex alumno del MBARI e investigador ahora en la Universidad de Viena (Austria).

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El experto recuerda que todos los genes están organizados en secuencias en los cromosomas y mientras su ubicación puede cambiar con el tiempo, las alteraciones en los vínculos entre genes en un cromosoma en particular son “raros y, en gran parte, irreversibles”.

Hasta ahora, no obstante, los investigadores solo habían puesto el foco sobre las similitudes en la “secuenciación de genes individuales” para abordar los interrogantes sobre las “relaciones animales más antiguas”.

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Por contra, Schultz y el equipo de expertos examinaron los vínculos entre genes en cromosomas específicos, los cuales se conservan intactos a lo largo del tiempo.

Así, identificaron patrones presentes ahora en una gran variedad de animales, vínculos que rastrearon hasta el “punto más temprano en la evolución”.

Con estos datos, los investigadores hallaron “pruebas sólidas” que demuestran que los ctenóforos representan “un linaje único”, cuyos antepasados “divergieron antes que el ancestro común de todos los demás animales”.

Este evento se puede describir, precisan, como “una bifurcación genética” que ocurrió hace “cientos de millones de años” en “el camino de la evolución”.

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“Un único organismo unicelular, el antepasado de todos los animales, recorría esa carretera con sus dos descendientes. Uno de ellos, que se convertiría en los ctenóforos actuales, tomó un camino y a medida que evolucionó, los genes en sus cromosomas permanecieron en un orden específico y experimentaron pocos cambios”, explican.

Por contra, el “otro hijo” siguió el segundo camino, hasta convertirse en “esponjas marinas y todos los demás animales tal y como los conocemos hoy”. (I)