Si en los últimos días ha tenido sueños extraños o un cansacio o fatiga fuera de lo habitual, podría haber sido parte de la población que evidenció los efectos de la resonancia Schumann.

En redes sociales se ha comenzado a hablar en estos días sobre este tipo de vibraciones que están presentes en el planeta y que fueron descubiertas en la década del 50. Justamente su nombre provino en honor a Winfried Otto Schumann, quien había predecido su existencia.

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Estas son un conjunto de frecuencias que se encuentran entre la superficie del planeta y la ionósfera (área alrededor de Tierra donde las partículas cargadas sienten el campo magnético, explica la Nasa) y que forman resonancias electromagnéticas en su movimiento por esa cavidad.

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La Nasa explicó que en el planeta se producen unos 50 relámpagos por segundo por lo que cada ráfaga de rayos crea las ondas electromagnéticas que dan vuelta al mundo.

“Esta resonancia proporciona una herramienta útil para analizar el clima de la Tierra, su entorno eléctrico e incluso para ayudar a determinar qué tipos de átomos y moléculas existen en la atmósfera de la Tierra”, se indicó.

Esta resonancia se crea por los rayos de las tormentas que se desarrollan alrededor del planeta y la frecuencia va determinada por el tamaño de la cavidad.

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La frecuencia habitual de esta es de 7.83 hercios. Sin embargo, debido a su unificación estas pueden aumentar en estaciones o días lo cual ha pasado en los últimos años.

La entidad añadió que se descubrió que las variaciones responden a cambios en estaciones, actividad solar, “actividad en el entorno magnético de la Tierra, en aerosoles de agua en la atmósfera y otros fenómenos relacionados con la Tierra”.

Varios expertos, citados por medios de comunicación, han indicado que la resonancia magnética hace que se presente un paso acelerado del tiempo. El portal Vanguardia de México afirmó que se estaría dando un salto cuántico dimensional que acelera el día por lo cual no estamos teniendo 24 horas diarias sino que tan solo 16.

Hasta el momento no hay publicaciones científicas que estén revisadas por partes que avalen esta afirmación y las otras que rondan el efecto en el ser humano de esta resonancia.

Otro de los mitos que rondan esta resonancia corresponde a que se sincronizan con las ondas cerebrales. Las ondas alfas que se mencionan y que se encuentran en el ser humano van entre 8 y 12 Hz. Además que tendrían una afectación en el carácter de las personas y física como cansancio, dolores de cabeza, sueños extraños, dolor en articulaciones, entre otros.

Blanca Mendoza y Marni Pazos, de la Universidad Nacional Autónoma de México, explica que hay señalas que se producen por la actividad humana que puede interferir en la banda de esta resonancia como son los suministros de energía y hasta los pasos que se dan.

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“Para evitar las señales inducidas por vibraciones en el terreno e incluso las producidas por el viento, los sensores que se emplean para medir la resonancia Schumann se colocan bajo tierra”, se indicó.

De igual manera el cambio climático que modifica la temperatura atmosférica. (I)