El juicio contra Meta comenzó el lunes en Washington y su propietario, Mark Zuckerberg, subió al estrado en el primer día de este proceso que si el gigante de las redes sociales pierde podría verse forzado a separarse de Instagram y WhatsApp.
La autoridad estadounidense de defensa de la competencia, la FTC, presentó una demanda en 2020 en la que acusa a Meta (entonces Facebook) de haber comprado la red social Instagram y el servicio de mensajería WhatsApp para “eliminar las amenazas a su monopolio”.
El multimillonario fue llamado al estrado en primer lugar. Deberá intentar demostrar que los dos servicios sólo se han convertido en aplicaciones imprescindibles gracias a las inversiones de su grupo.
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“Decidieron que la competencia es demasiado dura y que sería más fácil comprar a sus rivales que competir con ellos”, dijo Daniel Matheson, abogado de la FTC, en el discurso de apertura del juicio.
El abogado de Meta, Mark Hansen, replicó en su alegato inicial que “las adquisiciones para mejorar y hacer crecer una empresa adquirida” no son ilegales en Estados Unidos y eso es lo que hizo entonces Facebook.
El juicio será dirigido y decidido por el juez James Boasberg, que también preside un caso de gran repercusión relacionado con las órdenes de la Casa Blanca de deportar a venezolanos sin audiencia bajo una ley de tiempos de guerra.
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Recientemente Zuckerberg, dueño de la tercera mayor fortuna en el mundo, realizó varias visitas a la Casa Blanca para lograr que el presidente Donald Trump le ayude a evitar que el proceso derive en un juicio y en su lugar se llegue a un acuerdo con la FTC.
“Estaría muy sorprendido si algo como eso ocurriera”, dijo el jefe de la FTC, Andrew Ferguson, a The Verge.
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Como parte de sus esfuerzos para frenar un juicio, Zuckerberg realizó aportes financieros al fondo para la investidura de Trump -que asumió el 20 de enero-, nombró a aliados republicanos en puestos importantes en Meta y flexibilizó las normas de moderación de contenidos.
La demanda contra Meta representa una de las cinco mayores acciones legales contra los gigantes tecnológicos en Estados Unidos.
A lo largo de ocho semanas de proceso, la FTC debe probar que Meta abusó de su posición dominante para comprar Instagram en 2012 por 1.000 millones de dólares y WhatsApp por 19.000 millones en 2014.
Para la FTC, “durante más de una década, Meta mantuvo en Estados Unidos un monopolio en los servicios de redes sociales”, que permiten a las personas estar en contacto con sus familias y amistades.
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Según el ente regulador, otras grandes plataformas como YouTube y TikTok no están en la misma categoría.
Pero Meta, con sede en Menlo Park, California, niega esto.
“El hecho de que esos servicios difieren en ciertos aspectos de las aplicaciones de Meta solo demuestra que sus competidores cercanos innovan con herramientas y funciones para ganar minutos de atención de los usuarios”, argumenta la defensa. (I)