No hay manera de asimilar la violencia, la saña, con la que un padre asesinó a su hijo. No se detuvo ante la súplica del menor, pero antes de quitarle la vida se atrevió a hacer otro hecho perturbador: llamó a su exmujer para que escuchara a su hijo por última vez. El caso es conocido como el crimen de “El Parricida de Sueca”, por ser esa la localidad de España donde perpetró el asesinato.