Durante al menos un año, el español Tomás Gimeno, cuyo paradero es desconocido, planeó el atroz crimen de las dos pequeñas hijas que tuvo con Beatriz Zimmermann, que ha conmocionado a España.

Las niñas Olivia y Anna, de solo 6 y 1 años, respectivamente, desaparecieron el 27 de abril, cuando su padre, separado de su mamá no las devolvió a su hogar.

Gimeno de 37 años, nacido en Tenerife, la más grande de las islas Canarias, es hijo de una familia adinerada y de renombre, dueña de muchas tierras de cultivo. Él tenía a su cargo varias empresas pertenecientes al sector de las flores y las plantas junto a su familia.

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El ahora considerado como filicida, a quien los medios españoles han comenzado a llamar como ‘El monstruo de Tenerife’ tenía muy mala fama en la isla, con un gusto exacerbado por el ocio nocturno e involucrado en varias peleas en bares y discotecas.

Además, había estado acusado de estafas y robos, a pesar de ser una persona con una buena posición económica.

A pesar de ese historial que la justicia ha comenzado a develar, nadie de su entorno esperaba este macabro desenlace. Sus amigos tenían una muy buena impresión de él, como una persona “enérgica, impulsiva, muy trabajador y un poco hippie”.

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De sus padres es muy poco lo que ha trascendido a los medios de comunicación.

Cronología del fatídico 27 de abril

El martes 27 de abril del 2021, Tomás Gimeno recogió a sus hijas por la tarde y aunque debía devolverlas a la casa de su madre alrededor de las 21:00, no apareció.

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De acuerdo a los datos de la justicia española, que se han develado tras encontrar el cuerpo de Olivia, Tomás Gimeno habría dado muerte a sus hijas, en una finca de sus padres, envolviéndolas en toallas e introduciéndolas en bolsas de basura y estas en bolsas de deporte, que colocó en su coche”, agrega el documento.

El 28 de abril, una lancha propiedad de Gimeno -de seis metros de eslora y un solo camarote- fue encontrada a la deriva cerca del puerto de Güímar, sin rastro del hombre o de sus dos hijas pequeñas. Un día después, cuando se encontró la embarcación, la policía dijo que habían detectado restos de sangre en el bote, pero no hallaron indicios de que fueran de las menores.

Violencia tras separación

De acuerdo a detalles que se han conocido alrededor del caso, Tomás Gimeno habría premeditado la muerte de las niñas para inflingir a la madre “un dolor inhumano” y sumirla en la incertidumbre, pues en su pretensión se hallaba que los cadáveres jamás fueran localizados, de acuerdo a la tesis que mantiene la titular del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción de España.

Gimeno habría sido infiel mientras convivía con Zimmermann, pero se tornó violento en agosto pasado cuando atacó a la nueva pareja de Zimmermann. Se trata de un belga de 60 años a quien el “monstruo de Tenerife” acusaba de ser “demasiado viejo” para criar a sus hijas, situación que lo enfurecía.

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Identificado como Eric D., el hombre era además el jefe de su exesposa. Aquella vez los sorprendió en el exterior de una cafetería. Comenzó a golpear al hombre y luego arrastró a quien fuera su esposa. Pero decidieron no hacer ninguna denuncia.

En diciembre las amenazas se acrecentaron y fue allí cuando le advirtió por primera vez que no vería a las niñas nuevamente. En esa oportunidad Zimmermann sí alertó a las autoridades, quienes comenzaron a investigarlo por violencia de género.

Si bien solo se ha localizado, hasta el momento, el cuerpo de Olivia, la hipótesis más probable respecto a Anna es la misma. La segunda bolsa amarrada al ancla se localizó rota, sin nada en su interior, salvo unos lastres. Ahora, la justicia ha cambiado la orden internacional para la detención de Tomás Gimeno por un delito de sustracción de sus hijas y en su lugar ha acordado otra orden internacional por la presunta comisión de dos delitos agravados de homicidio y uno contra la integridad moral en el ámbito de la violencia de género. (I)