El sábado, Alemania realizó el cierre de sus últimos tres reactores nucleares y con esto dejó la energía atómica. A través de la desconexión de las centrales Isar 2 (sureste), Neckarwestheim (suroeste) y Emsland (noroeste) se puso fin a “una era”, como lo calificó la compañía energética RWE.