En tres años con tres meses seis comandantes policiales han estado a cargo de la Zona 8, conformada por Guayaquil, Durán y Samborondón, la jurisdicción más conflictiva del país en cuanto a delitos como el asesinato.

El 16 de enero del 2020 llegó a la comandancia de este territorio el general Víctor Araus. Estuvo en su cargo hasta diciembre de ese año cuando fue reemplazado por el general César Zapata, quien estuvo en su puesto hasta el 10 de mayo del 2021.

La Zona 8 sigue con comandantes policiales temporales: ‘Para hablar de seguridad se necesita continuidad’, dicen especialistas

El 12 de mayo asumió la tarea el general Fausto Buenaño, quien se encargó de la Zona 8 hasta el 31 de enero del 2022.

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El 1 de febrero fue asignado el general Víctor Hugo Zárate, funcionario que estuvo casi un año en su puesto. Fue reemplazado por el general Edwin Noguera el 23 de enero del 2023. Este último solo estuvo en el puesto 60 días, pues tenía un pase temporal.

El general Edwin Noguera solo permaneció 60 días a cargo de la Zona 8. Esta semana volvió a la zona 4 Foto: El Universo

Esta semana tomó el cargo el general William Villarroel, el director del hospital de la Policía.

Estaría también 60 días a cargo de la Zona 8 hasta que el Departamento de Personal de la Policía determine quién asumirá la tarea de comandar la Zona 8, donde las cifras de delitos se han incrementado considerablemente en los últimos años.

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Eso revelan los cuadros de mando unificado que contemplan los ocho delitos más comunes por los que se mide la gestión de cada comandante.

La consigna para ellos es mantener las cifras o mejorar los números, porque si terminan en rojo le baja la calificación anual al comandante, lo que puede incluso impedir un ascenso, revelan varios uniformados consultados.

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Según miembros policiales, la complicada situación en la Zona 8 hace que muchos generales no quieran ser asignados a ese territorio tan conflictivo, no solo por seguridad, sino porque las malas cifras dañarían su promedio.

Los delitos por los que se mide la gestión de la Policía son: asesinato, robo a personas, robo a domicilios, robo de negocios, robo de carros, robo de motos, robo de bienes, accesorios y autopartes y robo en carreteras.

Solo en cuanto a las muertes violentas se ha elevado la tasa año a año.

Es un incremento de cerca del 500 %, considerando que en el 2020 mataron en los tres cantones a 363 personas; en 2021 la cifra cerró en 688 casos; en 2022 hubo 1.536 asesinatos; y en los primeros 84 días del año 2023 ya son más de 535 casos.

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Este dato hace calcular a los expertos en materia de seguridad que si se mantiene la tendencia actual, en 2023 se superarían los 2.000 homicidios, pues actualmente cada 3,6 horas una personas es asesinada en la Zona 8.

Los otros siete delitos también han presentado incremento, pero no tanto como el asesinato.

Por ejemplo, en 2020 se reportó un total de 13.633 robos en la Zona 8; en 2021 la cifra llegó a los 17.804; el 2022 cerró en 22.532; y en lo que va del año 2023 son 5.243 robos denunciados.

Daniel Pontón, decano de la Escuela de Seguridad y Defensa del Instituto de Altos Estudios Nacionales, sostiene que no siempre las cifras en rojo que hay en la Zona 8 causan que los comandantes no duren más de diez meses en sus cargos.

Él considera que como la Policía tiene una estructura jerárquica, cualquier cambio en la cúpula va a afectar a todos y se mueven fichas.

Por eso menciona que los últimos cambios que se han dado en estas semanas se deberían a que en Quito dieron de baja a dos generales mencionados en una investigación.

Pontón también cree que estos altos niveles de rotación que hay en la institución corresponden a un problema estructural de la Policía. Y señala que para cambiar esto se tendría que reformar la estructura orgánica de la institución y hasta la ley de personal.

El experto comenta que por gestión política algunos alcaldes han persuadido al Ministerio del Interior para que los comandantes permanezcan hasta dos años en sus puestos, pero esos fueron casos muy puntuales.

Refiere que los indicadores en rojo no solo son responsabilidad de la Policía, sino también de los operadores de justicia y del Estado.

“Los homicidios se deben básicamente a un tema de impunidad y la Policía tiene una participación secundaria en esto. Es un asunto de Fiscalía y Justicia”, dice Pontón.

Carlos Sevillano, experto en seguridad nacional, opina que el hecho de que ningún comandante esté al frente de la Zona 8 más de dos años (tomando en cuenta del 2020 en adelante) evita que haya un fortalecimiento de la estructura y subestructura policial para el control del territorio, situación que genera “vulnerabilidad de liderazgo en la cadena de mando”.

Willian Villarroel es designado como nuevo comandante de la Policía en la Zona 8

“Y la mayor ventaja que se genera para la delincuencia es la falta de implementación de un ciclo completo que permita reforzar la labor preventiva e investigativa de la Policía Nacional”, remarca.

Según la ley de personal de la Policía, los pases y traslados del personal a otras unidades, repartos o dependencias se realizan de acuerdo con su capacitación y especialización de conformidad con el reglamento y son designados por el comandante general.

“¿Será entonces que los comandantes no están realmente capacitados y especializados para manejar situaciones operativas de guerrillas urbanas, terrorismo urbano, bandas delictivas híbridas y grupos narco delictivos?, cuestiona Sevillano. (I)