Quevedo, LOS RÍOS
Horas de angustia vivió un taxista del Grupo 6 de Quevedo al ser víctima de asalto, robo y secuestro.
La noche de este miércoles, 13 de septiembre, se viralizaron videos y audios en que se ve a delincuentes que lo tenían maniatado y pedían $ 5.000 al dueño del taxi, caso contrario decían que le “cortarían la cabeza”.
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En el video se observa al taxista maniatado y en una zona rural. El raptor en el video dice que en caso de no pagar de manera inmediata los $ 5.000, el conductor morirá y el taxi no será devuelto.
Las peticiones de los secuestradores también llegaron al dueño del vehículo por audios de WhatsApp en los que se escucha al taxista suplicar por su vida, diciendo que no tiene dinero y desea vivir por sus hijos que aún están pequeños.
Lo ocurrido causa pánico en el gremio amarillo, pues cada vez son más los taxistas víctimas de secuestro y extorsión.
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“Antes solo nos asaltaban, ahora nos secuestran, nos amarran, golpean, llevan a lugares lejanos y piden dinero por la vida del chofer y otra cantidad para devolver el carro”, contó un taxista quien diariamente sortea su vida en las calles de Quevedo y añadió que por cada taxi robado piden desde tres a cinco mil dólares.
La mañana de este jueves, 14 de septiembre, el presidente de la Unión Provincial de Taxistas, Carlos Fernández, informó que el taxista secuestrado apareció con vida y se encontraban en la búsqueda del vehículo.
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El dirigente no dio detalles sobre las circunstancias de la liberación de la víctima o si el propietario del carro habría o no pagado los $ 5.000 que solicitaban los extorsionadores.
El robo de carros con secuestro y posterior extorsión es uno de los delitos que se han vuelto frecuentes en Quevedo.
En otro caso, el conductor de un vehículo fue rescatado por la Policía cuando iba siendo secuestrado por delincuentes.
El hecho ocurrió en la vía Quevedo-San Carlos. Según el reporte policial, uniformados que permanecían en una gasolinera se percataron de la llegada de un automóvil de color blanco cuyos ocupantes aceleraron la marcha del vehículo y salieron de la estación.
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Esto alertó a los uniformados, que siguieron a los sospechosos.
Los sujetos se adentraron hacia una guardarraya ubicada en la parroquia San Camilo, por la parte posterior de la Prefectura, en la zona norte. En el sitio los pillos descendieron del auto y armados con fusil dispararon contra los agentes.
Los policías repelieron el ataque y pidieron ayuda a otras unidades, mientras que los asaltantes lograron escapar por la maleza.
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Los uniformados se sorprendieron al ver que desde el interior del carro salía un hombre maniatado y tenía la cabeza cubierta con una camisa.
Tras ser auxiliado por los policías dijo que había sido víctima de asalto cuando conducía su carro. (I)
