Quevedo, LOS RÍOS

“Yo quiero justicia, no venganza”, dice Cristhian M., fiscal de Quevedo, al referirse al secuestro del que fue víctima el pasado 22 de agosto afuera de su casa.

Han pasado más de quince días desde entonces y las heridas emocionales, más que las físicas, están lejos de cicatrizar.

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“Es un hecho que no se lo deseo a nadie y que ha cambiado mi vida para siempre”, refirió y aseguró que a pesar de que la Policía y la Fiscalía calificaron el suceso como un intento de secuestro, a él lo secuestraron.

“No fue un intento de secuestro como dijeron en la Policía, incluso hasta la Fiscalía. Yo fui secuestrado”, remarcó el abogado.

Aquella mañana del 22 de agosto, a las 07:02, Cristhian M. estacionó su carro en la parte externa de su casa, llegaba del colegio donde estudia su hijo mayor y pretendía llevar a sus otros dos hijos menores a la escuela.

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La rutina que hacía el fiscal había sido estudiada días antes por los secuestradores, quienes lo estaban esperando en una calle transversal y al ver que llegó a su vivienda, no dudaron en cerrarle el paso.

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“Estas personas (los delincuentes) ya se dedican al delito de secuestro, presumiblemente salen a secuestrar desde la madrugada, ese día yo (a las 07:00) era la sexta víctima de secuestro”, contó el fiscal, quien tenía por costumbre circular diariamente por calles distantes para evitar lo que finalmente terminó ocurriendo.

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El día de los hechos, cuando fue sorprendido por los delincuentes, el fiscal ya había descendido de su carro, pero dos sujetos se le acercaron armados y amenazaron con matarlo si no colaboraba.

En un intento por librarse de los raptores, Cristhian M. forcejeó y corrió unos metros, sin embargo, su intención de escape fue neutralizada por el balazo que recibió en el tobillo izquierdo.

En este vehículo se movilizaban los delincuentes en el momento del secuestro.

La herida que le causó el arma traumática, modificada, hizo que perdiera el equilibrio y cayera aparatosamente al asfalto, donde se fracturó la clavícula derecha.

Esto no detuvo a los delincuentes, quienes lo golpearon y arrastraron hasta el carro gris en el que iban a bordo otros dos secuestradores.

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El conductor del carro, quien fue después identificado como Ánderson M. (23), alias Marihuana, haló del brazo lesionado al fiscal hasta treparlo al carro, donde las agresiones y torturas continuaron para que les facilitara las claves de las tarjetas de crédito y desbloqueara su celular.

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Para entonces el vehículo ya había recorrido seis cuadras. En medio de la adrenalina por el delito que se estaba cometiendo, alias Marihuana trataba de llegar hacia la guarida donde pretendían tener en cautiverio a Cristhian M., hasta que sus familiares pagaran por su rescate.

Sin embargo, aquello les salió mal. Tras ellos iban armados con palos, piedras y otros accesorios de defensa vecinos y familiares del fiscal que presenciaron el secuestro y fueron a su rescate.

En medio de la huida, el fiscal narró que el vehículo en el que lo llevaban secuestrado empezó a presentar fallas mecánicas, la velocidad disminuyó y había el riesgo de que se apagara.

Ante el temor de ser atrapados por la multitud que cada vez se aproximaba, alias Marihuana, quien a sus 23 años sería el cabecilla, dio la orden de desistir de la “misión” y abandonar en medio de una de las calles al fiscal.

Mientras los secuestradores escaparon, Cristhian M. fue auxiliado por sus allegados. Pese a que fue llevado al hospital Sagrado Corazón de Jesús y luego al del Seguro Social, aseguró que tuvo que realizarse particularmente una cirugía por la fractura múltiple en la clavícula, además de presentar golpes de cachazos en la cabeza, laceraciones en la espalda, la herida de bala en el tobillo, entre otras.

Siete personas permanecen detenidas por el delito de secuestro.

“En el hospital del IESS me indicaron que la cirugía me la podían realizar entre ocho y quince días, era demasiado tiempo y yo no toleraba el dolor”, señaló el fiscal.

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Alias Marihuana fue detenido horas después del secuestro, además de cuatro hombres y dos mujeres, una de ellas es la propietaria del vehículo en el que se cometió el rapto.

Entre los detenidos constan tres mecánicos, a todos se les dispuso prisión preventiva y permanecen en la cárcel hasta que termine la instrucción fiscal y se determine si han tenido responsabilidad en el delito de secuestro.

La Policía está tras la búsqueda de otros tres sujetos que participaron de manera directa en el secuestro del fiscal, entre ellos, los dos hombres que lo abordaron y dispararon.

Cristhian M. espera que se haga justicia, aseguró que no busca venganza, sin embargo, esos hombres libres son un peligro para la comunidad.

Quevedo es uno de los cantones donde más secuestros se registran en la provincia.

Se estima que diariamente entre diez y quince personas son secuestradas, muchos de los casos no son denunciados debido a que los familiares de las víctimas prefieren negociar con los antisociales. (I)