Llega a Muisne lancha guardacostas para seguridad de los pescadores que son víctimas de asaltos en altamar

Esmeraldas

Una lancha guardacostas de la Armada inició operaciones de seguridad para los pescadores artesanales de Muisne, sur de la provincia de Esmeraldas, desde este miércoles 17 de enero.

Este fue uno de los pedidos de quienes se dedican a la pesca, así como también el incremento de uniformados de la Armada, en la reunión que mantuvieron con delegados del retén naval y Víctor Estupiñán, del departamento municipal de Desarrollo Comunitario, el martes de esta semana.

Los pescadores también tuvieron una reunión en territorio con el gobernador Javier Buitrón, la alcaldesa Yuri Colorado, entre otros funcionarios.

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Como evidencias de los robos perpetrados en el mar quedaron los impactos de bala en motores fuera de borda y en las estructuras de las lanchas pesqueras 4 Hermanas Castro y Katherine, que salieron a faenas desde San Francisco del Cabo, la semana pasada.

Rodolfo A., pescador que logró evadir a los asaltantes en altamar, relató que se encomendó a Dios y que tuvo que hacer una serie de maniobras para escapar.

La huida asustó a sus dos compañeros de trabajo, pero lograron llegar con vida hasta la zona costera de la parroquia San Francisco del Cabo.

En el poblado, él alertó que los habían asaltado en el mar y que los dejaron a la deriva en las embarcaciones, pero sin los motores fuera de borda.

Luego, los pescadores se organizaron en grupos para buscar a los artesanos del mar abandonados. En total fueron 17 pescadores de San Francisco del Cabo, Quingue, Galera y 10 de Muisne, quienes fueron reportados como desaparecidos.

Todos fueron rescatados hasta el lunes de esta semana.

Rigoberto Charcopa, dirigente pesquero, refirió que los asaltos ocurrieron entre el miércoles 10 y el domingo 14 de este mes. “Es la temporada de pesca del dorado y los delincuentes están al acecho cuando salimos al mar”, agregó.

Lanchas varadas por falta de motores

Una veintena de lanchas están varadas cerca de la playa porque no tienen motores, instrumentos de navegación y trasmallos.

Anselmo T., otro artesano con más tres décadas dedicado a la pesca, prefirió dejar este oficio y trabajar con su nieto en una finca cercana.

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En San Francisco del Cabo hay doscientas personas dedicadas a la pesca, de los dos mil habitantes que tiene esta localidad, dijo Ángel Arias, presidente de la junta parroquial.

Allí apenas cuentan con siete servidores policiales y en los últimos meses estaban llegando presuntos extorsionadores de una banda delictiva a esta localidad. Pero lograron ahuyentarlos porque los pobladores se unieron contra la delincuencia.

Para este jueves, 18 de enero, está prevista una nueva reunión en territorio de los pescadores con autoridades locales. (I)