Expertos en seguridad creen que la Policía Nacional debe tener una hoja de ruta clara con el reciente ascenso del nuevo comandante general, Pablo Dávila: depurar sus filas, fortalecer el trabajo de inteligencia y retomar el control de las carreteras.

Estas medidas, aseguran, son esenciales para recuperar la confianza ciudadana en una institución golpeada por la percepción de inseguridad y la acción de grupos delictivos organizados (GDO).

Solo en el primer trimestre de este año, el país registró 2.361 muertes violentas, según datos del Ministerio del Interior.

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En su primer mensaje tras asumir el cargo, Dávila, en un video publicado en la red X, agradeció la confianza del presidente de la República y reconoció los desafíos históricos que enfrenta la Policía.

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El nuevo comandante anunció un enfoque firme en la depuración interna. “No permitiremos que la corrupción manche nuestro uniforme y debilite la confianza de la ciudadanía. Este será un periodo de depuración, transparencia y reivindicación del verdadero espíritu policial: el servicio honesto, el honor y la ética”, expresó.

Además, hizo un llamado a la unidad de los policías, prometiendo respaldarlos y escuchar sus inquietudes para construir un futuro más seguro.

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Mario Pazmiño, exjefe de inteligencia de las Fuerzas Armadas y experto en seguridad, respaldó las declaraciones de Dávila sobre la depuración, calificándolas como un paso crucial. “Es fundamental realizar pruebas de confianza para garantizar que el personal esté comprometido con el país y los ciudadanos y no con grupos delictivos”, afirmó.

Y es que, en recientes días, en Guayaquil, once servidores policiales han sido señalados de casos de extorsión a conductores. Hubo dos denuncias y se siguen procesos en contra de uniformados por secuestro extorsivo.

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Según datos de la Policía Nacional de la Zona 8, entre enero del 2024 hasta abril del 2025 al menos 50 servidores policiales han sido detenidos en Guayaquil, Durán y Samborondón por los delitos de concusión, robo, asociación ilícita, fraude procesal y atentados contra policías y militares.

Pazmiño destacó que la Policía cuenta con organismos de control internos para identificar y separar a los elementos corruptos, quienes deben enfrentar a la justicia.

Expertos sugieren ejecutar trabajos de inteligencia para atacar a grupos delictivos que generan muertes violentas.

Asimismo, propuso dos prioridades estratégicas: recuperar el control de las carreteras para garantizar la seguridad del tránsito y retomar las funciones migratorias, actualmente fuera del ámbito policial.

Por su parte, Jorge Villacreses, experto en seguridad y presidente de la Cámara de Empresas de Seguridad del país, señaló que la institución ha perdido credibilidad ante la ciudadanía y requiere cambios radicales.

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“El regreso de la Policía a las carreteras es positivo, pero deben contar con armamento adecuado, vehículos blindados y realizar requisas exhaustivas a carros sin placas o con vidrios oscuros, que suelen estar involucrados en asaltos a vehículos de carga”, detalló.

Villacreses, cuya organización ha sufrido robos de mercadería y armas, enfatizó la desventaja de las empresas de seguridad frente a los delincuentes armados con fusiles.

También abogó por una presencia permanente de policías y militares en barrios conflictivos, como Socio Vivienda, donde los operativos son temporales o por días, y los grupos de delincuencia organizada retoman el control días después. “Se necesita militarizar estas zonas al menos por un año”, aseguró.

Ambos expertos coincidieron en la urgencia de la depuración y el fortalecimiento del trabajo de inteligencia.

“Una depuración de la Policía es urgente. Se necesitan cambios radicales para que todos los malos elementos salgan de las filas policiales, para que regrese la confianza. También hay que cruzar información y poner a funcionar los sistemas de inteligencia para anticiparse a los grupos delictivos”, subrayó Villacreses.

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Esta estrategia, combinada con la depuración y el control territorial, es vista como la clave para que la Policía Nacional recupere su rol como garante de la seguridad ciudadana, sostuvo. (I)