La repentina desaparición de la abogada María Belén Bernal y la noticia de su asesinato pusieron a su esposo, el teniente de Policía Germán Fernando Cáceres del Salto, en la mira como principal sospechoso.

Cáceres del Salto se desempeñaba como instructor en la Escuela Superior de Policía Gral. Alberto Enríquez Gallo.

Este centro de formación, ubicado en el norte de Quito, en la vía a la Mitad del Mundo, es “consciente de los grandes cambios que nuestra sociedad experimenta (…), ha implementado procesos de mejora continua, con el fin de entregar a la sociedad ecuatoriana excelentes profesionales con una amplia formación académica, física y psicológica… (y que estos) garantizarán una actuación profesional basada en la transparencia, honestidad, calidad, integridad, fortaleza, honor, valor y lealtad”, sostiene en su sitio web institucional.

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Uno de los 30 instructores encargados de formar en esos valores a los cadetes era el teniente Cáceres, de quien hasta hoy no se conoce su paradero.

Apasionado por las motos

Este policía cumplió en marzo pasado 29 años. Es el último de una familia en la que las mujeres son mayoría. Tiene tres hermanas y sus padres no son de Quito, sino de Guaranda (el papá) y Ambato (la mamá).

De acuerdo con documentos oficiales, ha estado vinculado a la institución desde inicios del 2015, cuando apenas había cumplido los 22 años.

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En sus primeras asignaciones como subteniente, estuvo delegado como personal operativo en la Zona 9 Quitumbe y en el Ministerio del Interior. Luego, ya como teniente, fue enviado a Francisco de Orellana (Coca), en el Oriente, y luego a la Escuela de Policía.

Pese a que no hay registro público del momento en que ingresó como instructor a la Escuela Superior de la Policía, existen documentos de esa institución que lo ubican en esas funciones en los últimos años.

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Una de sus mayores pasiones fueron las motocicletas. Aunque en las primeras cuatro declaraciones juramentadas que presentó como funcionario público indicó tener vehículo, un Volkswagen, a inicios de este año señaló que únicamente tenía tres motos: una KTM, valorada por él mismo en $ 7.192; una Z1, en $ 11.992; y una BMW, en $ 17.990.

En total, esta afición por las motos sumaba $ 37.174.

En su última declaración ya no consta la Z1. Y la moto BMW habría sido, incluso, un regalo de María Belén, según lo comentó el comandante general de Policía, Fausto Salinas.

Para su ingreso a la Policía y posterior ascenso al grado de teniente, Germán Cáceres rindió sus exámenes psicológicos sin inconvenientes.

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Sin embargo, tenía problemas de conducción. Registra contravenciones de tránsito y en su récord de la licencia se desglosan varias órdenes de rebaja de puntos –por ejemplo, por no ponerse el cinturón de seguridad, rebasar en curva o andar sin licencia– que, de todos modos, le fueron devueltos por “buen comportamiento”.

Tras haber recuperado buena parte del puntaje, hoy cuenta con 26,5 puntos de los 30 con que son emitidas las licencias en Ecuador.

Cáceres desaparece

La última vez que se supo de Germán Cáceres fue el martes 13 de septiembre, cuando fue a la Fiscalía a rendir su versión por la desaparición de su esposa.

El día anterior, su suegra, Elizabeth Otavalo, le había pedido que ponga la denuncia de desaparición y así lo hizo.

En la denuncia dijo que el domingo había discutido con su esposa en el carro, que ella se bajó y tomó un taxi en plena avenida Simón Bolívar y que desde entonces no la volvió a ver.

El martes 13, Cáceres llegó a la Unidad de Personas Desaparecidas de la Fiscalía. Entró por la puerta trasera de la Unidad de Flagrancia para rendir su versión libre y voluntaria, lo cual –lo dice hoy el comandante Salinas– no era más que la exposición de una coartada.

Cáceres dijo lo suyo y luego fue retenido para investigaciones durante ocho horas: desde las 14:40 hasta las 22:45. En el expediente se describe que al salir del edificio se reunió con sus padres y una hermana, y que luego se retiró en la moto BMW, de placas JD431P, color plomo, la que le había regalado María Belén.

Días más tarde, su hermana Anabel declaró que ese martes 13 se despidió de Germán y que no supo más de él. “Mi hermano nos dijo que ya era tarde, que quería ir a su casa a descansar, nos despedimos de él mis padres y yo y vimos cómo subió a su motocicleta y se fue (…). Desde ese momento no he tenido contacto con mi hermano…”.

Sin embargo, según una denuncia anónima, la moto BMW fue vista el 21 de septiembre en el parqueadero del edificio donde vive su hermana, lo cual está siendo corroborado en los allanamientos realizados por la Fiscalía.

En la Escuela de Policía se mantiene absoluta reserva sobre Cáceres y lo sucedido desde el 11 de septiembre. Es como si nadie lo hubiera conocido, ni siquiera visto, como si en estos siete años con uniforme lo que se sabe de él solo está en las bases de datos públicas.

Una jueza de la Unidad Judicial Penal con sede en la parroquia de Carcelén del Distrito Metropolitano de Quito convocó para hoy a la audiencia de vinculación y formulación de cargos en contra del teniente Cáceres. (I)