El alto mando policial, encabezado por el comandante nacional Pablo Dávila, dio detalles del trabajo que implicará el traslado de la Comandancia institucional de Quito a Guayaquil.
En medio de un contexto de violencia por el alza de homicidios y otros delitos, como extorsiones y secuestros, el presidente de la República, Daniel Noboa, ordenó el despliegue del alto mando a esta ciudad, vía decreto ejecutivo suscrito el 13 de junio.
Dávila explicó que esta medida temporal busca ejercer directamente el mando estratégico y operativo desde el principal ‘epicentro del conflicto criminal del país’.
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“Guayaquil es un punto neurálgico de atención prioritaria y desde aquí fortaleceremos el trabajo operativo, investigativo y preventivo”, dijo el general.
El reposicionamiento del mando estratégico en Guayaquil, dijo, implica una medida táctica para tener mayor supervisión de despliegue territorial, intensificar operaciones policiales y monitoreo permanente de los distintos ejes, así como la intervención directa contra las estructuras criminales.
A su vez, dijo, la Policía igual sigue desplegada en el resto del territorio nacional para cumplir con su labor de seguridad ciudadana.
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Por ahora, dijo que no necesariamente se trasladará más personal a Guayaquil, aunque si se requiere se tomará aquella decisión.
Previamente, resaltó, más de 2.000 servidores policiales pertenecientes a la octava y novena promoción, más de 1.000 motos y 400 servidores de inteligencia e investigativos se desplegaron a 30 distritos priorizados a nivel nacional para mejorar capacidades en territorio.
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Además, Dávila dijo que esta decisión refuerza la gobernanza de la seguridad desde el territorio, incrementando la capacidad de mando, supervisor e interlocución con unidades ejecutoras en las zonas críticas.
En el caso del traslado a Guayaquil, agregó, se busca fortalecer la respuesta estatal con el plan estratégico contra estructuras delictivas.
Esto se basa en un plan predictivo e integral con criterios cuantitativos, es decir, de índices o estadísticas de denuncias y partes policiales, así como cualitativos con identificación de cabecillas y zonas de operaciones.
Dentro de estos trabajos, dijo, se replicarán los operativos Apolo, que son megaintervenciones, operativos antidelincuenciales, así como acciones interinstitucionales y controles viales estratégicos.
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En la Zona 8, dijo, se tiene identificados a los distritos Durán, Sur, Nueva Prosperina y Portete, que son los que aglutinan la mayoría de los hechos violentos.
Hasta mayo anterior, estos distritos concentraban el 73 % de los hechos de violencia de toda la jurisdicción.
“En el último mes desde que empezamos esta intervención hiperfocalizada hemos logrado una desaceleración de los homicidios intencionales, lógicamente que se han continuado dando porque ese es el proceder de estos grupos criminales”, dijo.
Además reiteró que el 90 % de las víctimas de muertes violentas serían parte de grupos delictivos.
Dávila apuntó que el alto mando no solo se concentrará en Guayaquil, sino que además se harán actividades itinerantes en zonas y subzonas que registran altos índices de muertes violentas, como la Zona 5, Zona 1, Zona 4 y Zona 7, que corresponde a la Costa, y otras que así lo requieran.
“El traslado del mando institucional va a solucionar ciertos problemas que tenemos con respecto a talento humano, logística, la operatividad en cada uno de estos territorios”, apuntó.
Sobre los delitos de extorsión y secuestros, instó a la ciudadanía a realizar las denuncias. Dijo que las investigaciones para dar con cabecillas toman un poco más de tiempo y, por ahora, de manera inmediata se da con quienes ejecutan estos ilícitos.
“Se mantiene la línea investigación, no es que queda con el que cobra el producto de extorsiones, la investigación camina más, por lo menos cuatro meses, y en esa línea es lo que tenemos que reforzar y capacitar a nuestros equipos investigativos”, explicó. (I)