En ciertas urbanizaciones, como en Daule, llevamos meses viviendo con zozobra, rabia, frustración debido a problemas con las ‘asociaciones’ internas. Personas se apoderan de la presidencia o dirección de las asociaciones de propietarios de viviendas, con abuso y prepotencia.

Se comportan como si fueran dueñas absolutas de las urbanizaciones, incluso establecen compañías de seguridad a nombre de sus parejas para custodiar, sin embargo, se producen robos a plena luz del día. Se llevan a cabo obras a ciertos costos, lo cual genera más inquietud. Los propietarios se organizan para expulsarlas de las oficinas, pero estas personas se aferran obstinadamente al dinero de las alícuotas que paga el vecindario. Dichos problemas han llevado incluso a las amenazas y enfrentamientos con los residentes en ciertas urbanizaciones. Debido a las situaciones caóticas se ha solicitado ayuda al Miduvi y al Ministerio de Vivienda, lamentablemente no obtenemos respuestas efectivas. Recientemente gracias a la intervención de un juez, después de varios meses se emitió una orden para que desalojen la oficina de una asociación de una urbanización, pero existe temor de que dichas personas regresen por la fuerza y vuelvan a imponer a sus guardias, amenazando e insultando a los habitantes, a alrededor de 400 familias. Nuestra única aspiración es vivir en paz, nos sentimos abandonados. Es imperativo que una autoridad restablezca el orden asegurándose que se respete la decisión de la mayoría de los propietarios y se audite adecuadamente el dinero de las alícuotas. Agradeceríamos enormemente asesoría para encontrar solución a estas problemáticas que afectan a los residentes de urbanizaciones y están llegando al límite de la paciencia. (O)

Félix Jaramillo Valle, ingeniero, Guayaquil