El hecho de que socialistas, comunistas y anarquistas tuvieran un sentimiento patrimonial de la II República española, impidió que se llevaran adelante las reformas necesarias para que España saliera de la crisis económica y política.

Lo que no dijo Pedro Sánchez, en su comparecencia en el Congreso con motivo de dicho aniversario, es que si la Segunda República fracasó fue porque las élites republicanas se dedicaron a imponer un modelo ideológico que excluía, entre otros, los sentimientos religiosos y las libertades, y muchos de sus líderes tomaron como referencia el totalitarismo en lugar de la democracia. Ese camino desembocó en la tragedia de nuestra guerra civil y en el largo periodo de la dictadura. Solo el gran pacto de la transición ha sanado aquellas heridas, y por eso es suicida tratar de desmantelarlo como pretendían algunos. (O)

Pedro García Rodríguez, Sant Feliu de Guíxols, Girona, España