Nunca habíamos sentido mayor decepción y vergüenza que de la última Asamblea.

Dicha Asamblea tuvo gran cantidad de ‘asesores’ que no pudieron redactar en varios intentos su solicitud de revocatoria, primero contra la asambleísta Llori y después al presidente de Ecuador, Lasso; y fueron expertos en salir a la calle a activar a seguidores a sueldo para sacar adelante sus propuestas de desestabilización. (O)

Milton Rivadeneira, Quito