Un agresivo acuchilló a su pareja en un parque en la Sierra; otro golpeó en el centro de Guayaquil a su mujer, afortunadamente una señorita maestra karateca, que al cobarde violento lo sometió hasta que llegó la policía y se lo llevó. Ojalá caiga el peso grande de la ley, los metan en la cárcel muchos años a dichos individuos y a todos los que golpean, hieren, insultan, maltratan a las mujeres, porque piensan que son ‘muy machos’.

Es importante que las mujeres, niñas, adolescentes, jóvenes, adultas aprendan defensa personal. (O)

Claro P. Guanín, Guayaquil