Se repetirá el 31 de diciembre la aglomeración en playas de la península de Santa Elena, con las quemas de los años viejos y quema de la arena, cangrejitos, caracoles; humo, contaminación.

Después la marea arrastra los palos, clavos, la basura de los muñecos que se quemaron.

Además, botellas vacías de licor, vasos plásticos, servilletas, dejarán tirados en la arena, cuando terminan de la celebración, los bailes, cantos, los gritos, las peleas de la gente etílica que se amanece y duerme y hace sus necesidades biológicas en la arena o dentro del mar. Es equivocado llamar celebración a un evento que riñe contra la naturaleza y las buenas costumbres. Por qué para celebrar tienen que contaminar el medio ambiente.

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No existen autoridades que pongan orden, ni porque estamos con pandemia y delincuencia. (O)

José Augusto Mieles, Salinas, Santa Elena