Unas manos dibujaban malabares de cometas en el hogar..., manos de hombre acariciaban el cutis de los besos de su mujer... Pero una madrugada dichas manos se apartaron del corazón de su pareja, se fueron enroscando ..., se hicieron puños que magullaron y enrojecieron de un machismo animal.

Dichas manos se emporcaron de tierra criminal para cavar un hoyo y enterrar sus cobardías y miedos. Las manos que tanto querían, asfixiaron, ahogaron, estrangularon, mataron. (O)

Jaime Arturo García López, arquitecto, Guayaquil