Desde hace un par de años debemos lidiar con visitas noctámbulas de drogadictos que no tienen límites en sus quehaceres demenciales dentro de un inmueble sin guardia de seguridad, sin videocámaras, ubicado en Salinas (Santa Elena) cerca de un supermercado y restaurantes. A altas horas de la noche es lugar de actos indeseables.

¿Cuándo Salinas será un cantón donde ciudadanos no corran peligro? Vivimos a merced de delincuentes, y de drogadictos y escándalos. (O)

Eduardo Jiménez, Salinas, Santa Elena

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