A la mayoría de ecuatorianos nos duele nuestro país; un país hermoso lleno de oportunidades, bendecido por Dios con recursos naturales pero con alto índice de corrupción que se ha convertido en un modo de vida vergonzoso.

No es posible que permitamos y nos hagamos los ciegos ante tanto abuso en las instituciones. Nos hemos hecho muy permisivos. Cómo es posible que las más altas autoridades estén dando tan mal ejemplo. Es una pena ver cómo nuestro país tiene “dueños” que quieren eternizarse en el poder, no ejercen democracia sino dedocracia, coimas, contratos y acuerdos por debajo de la mesa, etc. ¡Qué vergüenza!, la justicia no funciona, la mayoría de quienes han saqueado el país siguen libres y, no solo eso, los seguimos eligiendo porque parece que tenemos memoria corta. Si queremos que el país cambie, el cambio se debe iniciar por nosotros. Se les ha olvidado que el poder es una gran responsabilidad que se debe asumir con honor e integridad, humildad, tener los pies sobre la tierra, los ojos en el cielo para servir con sabiduría, no servirse del poder y recursos ajenos; lamentablemente a muchos el poder los envanece. El dinero no es malo si está en nuestro bolsillo bien ganado fruto de nuestro esfuerzo, pero es malo si se adquiere de maneras indebidas. ¿Qué legado les vamos a dejar a nuestros hijos y futuras generaciones? El mejor legado es un buen nombre, un ejemplo de valores e integridad que vale más que el oro. Hagamos país con el esfuerzo del día a día, solidarios, sembrando valores. (O)

Susana Giomar Cabrera Acevedo de Rohon, avenida Samborondón