El primer año que el deporte del skateboarding, monopatinaje, llegó a unas olimpiadas fue en el 2020, en Japón 2020, donde participaron de América, principalmente Estados Unidos, Brasil, Argentina. Lo sorprendente de estas olimpiadas, aparte del nivel profesional, según mi perspectiva fue que por primera vez una joven de Brasil, Rayssa Leal, con solo 12 años de edad se llevó una medalla de plata. Aterrizando a la realidad ecuatoriana, existe una cooperación entre comunidades que conocen del deporte y el Estado genera skateparks, parques de patinaje, no debajo de puentes sino en ambientes sanos a la vista de todos; un incentivo para las nuevas generaciones.

En el skatepark del Buijo Histórico –Samborondón–, a un grupo de niños lo único que se les cruza en la cabeza es patinar. Más allá de la diversión, el parque ( https://www.eluniverso.com/guayaquil/samborondon/en-el-buijo-historico-se-inauguro-el-primer-skatepark-de-samborondon-nota/ ) es un espacio que genera esperanza para niños de familias de escasos recursos. Estos chicos ahora son dueños de algo, de su propia habilidad sobre la tabla. En próximas olimpiadas podrían ser Matías, Carlos, Miguel, etc.; niños que representen al Ecuador internacionalmente y traigan mucho orgullo al país. Solo hacen falta más incentivos. (O)

Marcel Andree Cedeño Coloma, abogado, Guayaquil