Qué pesada costumbre que formaron funcionarios políticos en el manejo de su comunicación y marca personal, con esa constante generación de contenidos por cada cosa que hacen administrando alguna institución.
Poco duraron los medios oficiales con componentes de transparencia en la publicidad de las entidades públicas. Las actitudes narcisistas de los burócratas que buscan librarse de esa inseguridad política que los cobija de pie a cabeza, convirtieron el ‘método 2.0′ en una vergonzosa forma de adulación. Entre más inútil es su actividad, más raro e indescifrable es su anuncio, publicidad; sus textos son de tipo: “Hoy, el magíster..., se reunió con miembros del instituto..., en el marco de un proyecto que busca revelar el talento...”. ¡Qué espanto!, detrás de esa narrativa existe una especie de consenso internauta donde el comunicador cree que sus noticias impactan al ciudadano concediendo su derecho de autoridad y de campaña perpetua en la era digital. (O)
Juan Carlos León Moreira, Portoviejo