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La natación y el boxeo no pueden competir fuera del país por 'olvidos' del ministro del Deporte, que fue a Paraguay a intrigar contra el COE.
Conmebol no ha dicho nada del pedido de la familia del ‘crack’. La FEF, lisonjera con Alejandro Domínguez, también calla. ¿Debe intervenir el Gobierno?
Era noble y respetuoso con sus adversarios: no escupió a nadie, no insultó ni desafió a los árbitros, no fingió lesiones y tenía una calidad insuperable.
Un lujo en el plano directivo, quien, entre otros méritos, fue el renovador del fútbol ecuatoriano en los últimos 40 años.
El propósito de apoderarse del COE no es nuevo. Viene maquinándose desde que perdieron las elecciones.
Nos vimos mucho en Nueva York, donde dirigía un campo de voleibol y frecuentaba la esquina más deportiva del Bronx.
Hoy está en terapia intensiva y entubado. Su destino parece ser el cuadrangular de descenso, porque sus contrataciones no entusiasman a nadie.
Que el libro conmemorativo del centenario torero impulse a los jóvenes aficionados al deporte a leer e investigar nuestra historia deportiva.
¿Cuántos reclamaron cuando se obligó a Emelec a jugar la final de un campeonato nacional en una cancha convertida en una piscina...?
Ya lo hemos dicho y lo sostenemos: Beccacece no es un técnico que garantice un rendimiento aceptable de nuestra Selección.
Beccacece padece de fatuidad y pedantería. Las ruedas de prensa son una muestra de ello, a lo que contribuye la abyección de un periodismo lleno de temor.
Verón era por sí solo una función aparte. Veloz, inteligente, driblador, puso muchos de los goles que sirvieron para ganar partidos importantes.
El periodista guayaquileño fue premiado por la Asociación Internacional de Prensa Deportiva, con sede en Suiza. El artículo apareció en el 2024.
Fedenador gobernó el deporte en todo el país a través de sus comisiones nacionales desde 1925.
Carlos Sevilla, con mentalidad centralista y discriminatoria, se indignó porque la FEF decidió que la Tri reciba en Guayaquil a Brasil y Argentina.
En noviembre de 1946, allí arrancó el fenómeno idolátrico. La conexión con el alma popular fue instantánea: apareció el equipo capaz de doblegar a Emelec.
Un pontífice futbolero, socio de un club de su país. Recibió a los más famosos astros del balompié, desafiando las rigideces curiales.
Con Vargas Llosa se ha ido el último de los cuatro nobeles que dieron espacio al fútbol en su prolífica vida y obra.
Desprecian la historia porque lo que ellos no vieron ni vivieron carece de mérito. Prensa mundial, aún hoy, elogia triunfo de Barcelona con gol de un sacerdote.
Pancho Segura Cano, un auténtico héroe deportivo que alcanzó la más alta dimensión universal en nuestra historia.