Bolsos, adornos, bisutería, monederos y el producto estrella: el sombrero de paja toquilla, cuyo tejido es Patrimonio Cultural Intangible de la Humanidad desde 2012, se exhibieron el viernes último en la denominada Pasarela de la Toquilla.

Esta actividad fue organizada por la Universidad Nacional de Educación (UNAE). Sus organizadores contaron que se buscó promover y exhibir los principales productos artesanales que se elaboran en la zona.

Entre las expositoras estuvo Lourdes Jerez, quien a los siete años aprendió a tejer el sombrero de paja toquilla. A los 12, contó, ya ayudaba a su mamá a mantener la economía familiar con esta actividad ancestral.

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Ella es la presidenta de la Asociación de Toquilleras Santiago Correa. Recordó que muchas familias dejaron de tejer en paja toquilla para dedicarse a otras labores que daban más dinero fuera de su localidad. Por eso, dijo, las nuevas generaciones no tejen y su gremio, que se creó hace un año, busca rescatar esta tradición ancestral.

En la provincia serían 9.000 las personas que se dedican a esta labor, según los censos que los alumnos de la UNAE utilizaron para su proyecto titulado Diagnóstico Situacional de las Toquilleras de Cañar.

Blanca Garay, tejedora de la parroquia Cojitambo, recordó que en su niñez toda la población de su parroquia tejía en paja toquilla, pero ahora quedaron unas 50 personas, dijo. “Hasta antes de la dolarización el sombrero era rentable, pero luego ni siquiera se vendía uno en un mes”, aseguró.

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Por esa razón, agregó, la gente se dedicó en parte a la agricultura, a la cría de animales menores y a tejidos en lana y bordados. Es el caso de Florencia González, de la parroquia Guapán, conocida por tejer el sombrero más fino de la provincia cuyo costo puede superar los $ 200.

“En nuestra parroquia la gente se une solo cuando hay pedidos grandes, cuando en un mes se deben entregar 100 o 200 sombreros finos. De ahí cada quien teje para vender individualmente, excepto los 50 asociados”, expuso la tejedora.

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Narcisa Romero, de la parroquia San Camilo, en Biblián , expuso sus bolsos y bisutería tejida en croché. “Es una actividad ancestral que no morirá si se promociona y se buscan mercados”, opina Romero.

En esta jornada participaron universitarios, artesanos de la provincia, autoridades locales y público en general. (F)

Detalles
Feria artesanal

Emprendedores
A la par, en la UNAE se hizo una feria con toquilleras de las parroquias Javier Loyola, Sageo, Cojitambo, Ingapirca, Turupamba, San Miguel de Porotos y Guapán.

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