Son las 05:40 y Mauricio Ayora ya está al aire en TC Televisión. DespiérTC El Noticiero es el primer programa con el que arranca su transmisión en vivo el canal. Las calles de Guayaquil aún no se han llenado del caótico tráfico y mientras usted calienta el agua para el café del día y alista el desayuno antes de irse al trabajo, Caterva -como cariñosamente conoce el público al periodista guayaquileño- está en pantalla. En el estudio, en cambio, las luces están encendidas, los camarógrafos se mueven sigilosamente entre toma y toma mientras se da paso a los reporteros que ya están en distintos puntos de la ciudad cubriendo alguna noticia.

Caterva es un hombre enérgico, extrovertido. Esa efusividad con la que contagia y anima al televidente en pantalla es la misma con la que recibe al equipo de este Diario. Está pendiente de nuestro ingreso y a la par revisa la pauta para continuar con la emisión.

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Luego del atentado del que fuera víctima el canal el pasado 9 de enero, por parte de un grupo terrorista, el periodista guayaquileño se ausentó un tiempo de pantalla. ¿Qué hizo durante este tiempo?

Trabajar, repensar algunas cosas, redefinir algunas otras, los tiempos están cambiando, están complicados, la proyección en pantalla redefinirla en beneficio del público, porque el público no se puede ver perjudicado; entonces, seguimos sirviendo a la comunidad, exponiendo sus problemas, sus tragedias, sus inconvenientes, sus reclamos, mantenemos eso igualito, se mantiene esa comunicación directa con el pueblo, con el barrio, con los distintos sectores.

Treinta y seis años han transcurrido desde que comenzó su carrera profesional y empezó a trabajar con varios de los periodistas -ahora colegas- que admiraba cuando era un joven estudiante de Comunicación en la Universidad Laica. “Me inicié en la revista Estadio. De ahí salió una oportunidad en Teleamazonas (24 horas), de ahí pasé a La noticia, Telesistema en ese entonces, ahora RTS. De ahí estuve un par de años en El Comercio, también estuve en Ecuavisa, después en TC, de ahí he hecho trabajos de producción, he estado en varias radios intermitentemente mientras he estado en televisión, en Canal Uno. Regresé a TC Televisión, ya voy para once años aquí (que los cumplirá en diciembre)”, rememora.

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¿La frase ‘ñaño lindo’ siempre ha sido parte de su estilo o aparece en una fecha determinada?

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Siempre ha estado, siempre he tratado así a la gente, porque así se comunican y hablan en un barrio, entonces por eso lo extendí en un medio de comunicación, porque yo sí hice el periodismo formal, las presentaciones, las redacciones, pero la gente aunque entiende si le hablas en su idioma, conectas más rápido.

En pantalla está a las 05:40, ¿pero a qué hora arranca su día?

A las 03:30-03:40 ya estoy levantándome, revisando X, la información en algunos portales informativos. Luego ya en el canal hablamos con el reportero para saber qué hubo en la madrugada, con el productor se coordinan las tareas del programa.

Usted se levanta antes que el gallo entonces...

En cantar (ríe), ahí nos damos de picotazo pelado.

Mauricio Ayora 'Caterva' durante su intervención en 'DespiérTC El Noticiero', de TC Televisión. Foto: Francisco Verni Foto: Francisco Verni Peralta

¿Con cuántas personas trabaja en su equipo a esa hora?

Eso es importante, tú no puedes hacer nada en un medio de comunicación si no cuentas con un equipo, que va desde la misma dirección de noticias, la producción, el productor en línea, los compañeros que están en exteriores, trabajo que yo hice también. Yo me inicié en exteriores haciendo comunidad, majando lodo, comiendo polvo, metiéndome en el charco, en la poza, en el monte, con la gente, que los parques sin energía eléctrica, barrios que queman llantas por algún reclamo.

¿Cuánto tiempo pasó hasta convertirse en presentador?

Nunca me llamó la pantalla ni eso. Desde que nací siempre me llamó la atención la redacción, la escritura, escribir, saber redactar. Pero como siempre he sido eléctrico para hablar, para comunicarme, para decir las cosas, alguien notó eso en un canal y de pronto me dijeron ‘pongámoslo en pantalla para ver si funciona’. Y funcionó, y después me dijeron ‘vente para acá, vamos a hacerlo contigo’, y había un horario que explotar en la madrugada, lo hicimos así, pero grabado.

Primero se grabó y se puso a la madrugada. Grabado funcionaba. Se movieron los números, vamos a ver, lo haremos en vivo. Se lo hizo en vivo y lo primero que le dije al sonidista fue ‘ponernos a competir en el mismo plano no va a funcionar, ponme sonidos de gatitos, de perritos’, y el sonidista puso sus efectos y comenzamos, y yo añadí una campanita, al estilo de la Tremenda Corte.

Además de DespiérTC El Noticiero, Ayora también presenta los temas de comunidad y crónica en El noticiero (07:00) antes de que comience el programa Entre ellas, él le da el paso a Gustavo Navarro, tiempo en el que receptan los mensajes de los televidentes y los transmiten al aire. Sus apariciones no terminan ahí. También sale con el avance de las 18:40 y a las 19:15 está a cargo del bloque de sucesos. Todo depende de la pauta.

Al número de contacto que tienen de la producción llega una interminable lista de mensajes de WhatsApp con fotos de los seguidores del espacio. Unos comparten sus fotos cocinando, otros de los platos que han preparado para el desayuno y, de fondo, la imagen de Ayora y Navarro en la pantalla de sus televisores. Esa conexión de la que habla el guayaquileño, que creció en un barrio del sur del Puerto Principal, es real. Amas de casa, trabajadores, estudiantes, incluso niños bailando mientras ellos presentan un set musical antes del inicio de Entre ellas, sirve de energizante para los televidentes que ese viernes se alistan para su jornada informándose con el equipo periodístico.

Fuera de pantalla, ¿en qué otros proyectos está involucrado?

Hay algunos proyectos, no los puedo mencionar, pero sí hay varios proyectos. Ayer grabamos algo, próximamente vamos a grabar otro, hay personas que tienen productos y empresas que me contratan para hacer cuña para medios digitales y para ponerles en medios de comunicación, siempre hay algo que hacer.

¿Alguna vez pensó o ha pensado dedicarse a la docencia?

No me gusta enseñar, ya lo he hecho. Me han contratado para periodos cortos, pero no me gusta enseñar, como que no tengo paciencia y cuando yo no soy bueno en algo prefiero dar la media vuelta. Sí me gustaría que los chicos aprendieran, pero no tengo paciencia para enseñar.

¿Y usted cuándo descubrió que quería ser periodista?

Yo quería ser actor. Me gustaba el cine y ver películas, los nombres de los actores, qué hacían, el drama, la comedia. Lo que pasa es que la orientadora en quinto o sexto año, en el Julio Ayón me gradué, nos dijo, después de que le dije que quería ser actor me dijo: ‘No, mijito, usted búsquese un trabajo en el que vaya a ganar algo de dinero y sobrevivir’. Le tomé algo en cuenta ya después cuando me puse a estudiar periodismo, porque era quizás algo medio un olorcito que tenga que ver con la actuación. Siempre estuve escribiendo.

Entrevista con Mauricio Ayora (Caterva) Foto: Francisco Verni Foto: Francisco Verni Peralta

En esa época universitaria, ¿a quién admiraba de la televisión?

Tuve el honor de trabajar con ellos. Tuve el honor de trabajar en Teleamazonas con Roberto Aspiazu, Alfonso Harb, de los que me acuerdo; en Ecuavisa con don Alberto Borges, Fernando Artieda, Tania Tinoco, María Isabel de Lebed, Teresa Arboleda, Pedro Jiménez. En otros canales con Boris Chonillo, por ejemplo en canal 4, y ahora con los que estoy aquí, los compañeros de este canal, empezando por Andrés Jungbluth, Gustavo Navarro, etc. He trabajado con buenos ejemplos de periodismo y televisión en Ecuador.

Y con nuevas generaciones de periodistas por salir al mercado laboral, ¿qué les dice a ellos?

Que cambien de profesión. Que busquen otra cosa. Si buscan esto por farándula, están equivocados. Hay áreas como esta, de noticias, que requieren de mucha concentración, de mucho conocimiento, de ir aprendiendo día a día. Es importante que tengan hambre de conocimiento, no es que vengan acá a sentirse lindos porque van a salir en pantalla, es sacrificado este camello. Los muchachos tienen que prepararse para poder salir en pantalla y hablar. Hay que trabajar en equipo. Y otro problema, hay pocos medios para tantos chicos que están saliendo. Yo por eso aconsejo que hagan grupos y equipos de trabajo y presenten proyectos en sus respectivos cantones, ciudades y barrios.

Mauricio tiene 58 años, ¿'Caterva’ hace cuánto existe?

Caterva nació hace unos 17 años. En un programa yo dije una vez ‘una caterva de vergantes’, y mis compañeros de inmediato: ‘Te botaron, Mauricio, te van a botar’. Y yo, ¿por qué? ‘Porque dijiste malas palabras al aire’. Yo no tenía ningún problema que me boten, pero que primero revisen el diccionario. Ninguna es mala palabra. Vergante es un zángano, sinvergüenza y caterva es un grupo de malvivientes. Y el Chino Carlos Víctor Morales, en el segmento de deportes, él comenzó: ‘Aquí viene El noticiero con Caterva’; él me pone Caterva.

El periodista fuera de pantalla

Se considera un hombre callado. Tranquilo. Aficionado a la lectura, compra libros en línea en su mayoría, biografías de personajes que le han llamado la atención desde su niñez para conocer su proceso. “En las librerías ya me conocen, llamo a preguntar por los libros y voy a recogerlos. Voy camuflado para que no me vean”, confiesa.

¿Se cuida mucho de que no lo reconozcan en la calle?

Sí, por seguridad.

Ha recibido amenazas?

Después del atentado terrorista al canal hubo rumores de que uno de los objetivos del grupo delictivo era usted, ¿eso es cierto?

No conozco detalles porque yo no estaba, solamente escuché que preguntaban (por él).

¿Cómo vivió esos momentos?

Fue duro, muy difícil, tuve un problema de salud incluso en esos días y tener que estar guardado porque era como una crisis de ansiedad y como soy hipertenso era un malestar horrible y quedarte quieto, sin moverte, buscar un lugar donde puedas estar a buen recaudo y después cambiar y después regresar.

¿Ha sentido miedo por su vida?

Claro, es normal, no es la primera vez, han sido algunas veces, han sido algunas veces que he tenido estas experiencias.

Es un personaje público, pero no puede disfrutar del contacto con el público.

No, pero a través de las redes, por las noticias, el contacto se mantiene.

Caterva nació en televisión, ¿pero en qué barrió creció Mauricio?

Crecí en el sur de la ciudad, era bonito, crecía el monte en el invierno, un monte de tres metros. Nosotros nos metíamos y hacíamos cabañas con los palos, jugábamos a la guerra, andábamos en bicicleta, jugábamos pelota en la calle, nos metíamos en los brazos de mar que todavía ingresaban por el hospital del IESS al fondo. Era fantástico subirse a los árboles, jugar en el monte y que te piquen los mosquitos.

¿Aún conserva a sus amigos del barrio?

Sí, y comprenden que no puedo reunirme con ellos, solamente conversamos por videollamada o me mandan fotos de alguna reunión que hacen.

De sus tres hijos, ¿alguno ha querido seguir su carrera?

No, pero desde el principio les dije que estudien otra carrera. Es difícil conseguir trabajos en medio de comunicación porque son pocos.

¿Cómo se ve en cinco años en la pantalla? ¿Qué proyectos tiene?

Bueno, Dios mediante, cuando cumpla 60 yo me jubilo. Pero proyectos de televisión, radio o de pódcast están en la lista. Me jubilo de la pantalla tradicional, pero ya noticias como tal, en dos años al menos, de manera formal, me dedicaría a otros ámbitos de la comunicación.

Al salir de televisión, ¿se mantendría en el país o se mudaría al exterior?

No, aquí, no tengo pensado salir.

¿Ha pensado en escribir sus memorias?

Sí, lo he pensado, pero no lo he ejecutado, de cinco minutos no pasa el pensamiento. Y conozco un montón de noticias, de vivencias, de cosas que hemos pasado y de la gente alrededor. Pero con eso tendríamos que salir del país.

¿Qué sueño le hace falta cumplir?

Ninguno, ya no tengo ningún sueño por cumplir, ya estoy tranquilo. Dios me ha dado lo que he necesitado y me sigue dando lo que necesito, que es básicamente su amor y su misericordia, porque hay cosas que ocurren y no ocurren por voluntad de Dios. Él ya trazó la ruta. (E)