Algo esencial: los que elijan a los futuros jueces deben cumplir requisitos aún más exigentes que ellos.
Más o menos dos milenios han pasado y la política humana no deja de parecerse a la de Roma.
Quizá, en efecto, este odio a la defensa de los derechos humanos implica (...) que la democracia está perdiendo la guerra...
En sus poemas pervive un acto de resistencia ante las violencias que hay en la vida y el devenir del tiempo.
Deben ser muchos los escritores y lectores que pasaron por sus aulas y a quienes ella compartió su lucidez.
Si así lo hace, habrá sido el triunfo de la democracia sobre el terrorismo.
(...) las universidades tienen un rol gigante en esta discusión, si es que pensamos que el país merece una verdadera carrera judicial.
Las ciudades están llenas de libros. Pero sobre todo están llenas de historias. Cada persona vive su propia épica...
No tengo por qué detenerme en sus contradicciones. Su voz, junto a la de David Gilmour, me han acompañado en la soledad...
Quizá habría una esperanza si las universidades se comprometen, de verdad, a formar juristas y a contratar profesores que lo sean.
Ella es una muestra prístina de esa dignidad humana que, pese a los horrores, le da sentido a la humanidad.
Quizá como reacción a los excesos de los supuestos socialismos del siglo XXI, ha surgido en el continente una tendencia igual de delirante y distorsionada.
Hoy, que se esgrime la existencia de un supuesto gótico andino, no se ha abordado con... seriedad la contribución de Cáceres.
El trabajo por la cultura es una deuda pendiente de todos los gobiernos, ahondada en el actual.
Me resulta increíble que como sociedad debamos soportar esta enajenación. No nos merecemos un espectáculo tan grotesco, patético y onanista.
o puede morir, como dicen que lo ha hecho –una vez más– el pasado 8 de agosto, porque es un renacimiento continuo, intempestivo, sorpresivo.
Y es que toda la vida, como pensaba Calderón de la Barca, es y debe ser un sueño.
Y de todas las distancias la mejor es poder reírnos de nosotros mismos.
Durante años compró las muñecas de trapo que elaboraron mi abuela Zoila, sus hermanas y sus hijas.
En 2019 recuperó la ciudadanía checa, antes arrebatada. No le dieron el Nobel. Jamás lo necesitó.
De Lisboa me llevo la fuerza de sus poetas y de su gastronomía. Las sutiles y deliciosas versiones del bacalao, al que acompaño con cerveza.
Deja ir un apego y gana la posibilidad de construir un nuevo futuro, porque todos estamos llamados a superarnos...
La tradición y la modernidad. El trauma del colonialismo y el abrazo a la globalización.
Uno de los tantos méritos de Fito... ha sido su capacidad para indagar en las más diversas dimensiones del amor.
“Un guía... nunca te hará ver un cuadro. Está ahí para que no te pierdas, literalmente para que no te pierdas en ti mismo”.
“Sin los libros, las mejores cosas de nuestro mundo se habrían esfumado en el olvido”.
Desde hace tiempo que Quito es una tierra de nadie, donde cada loco cree que puede hacer lo que le dé la regalada gana...
Su libro, sin embargo, nos ofrece la certeza de la compañía y la presencia entre seres humanos, mientras todo se deshace.
No he conocido a nadie que sepa transmitir a una multitud, casi en silencio, cómo se siente la fuerza descomunal y mitológica de un dragón. Excepto el Santiago.
Al final, ni siquiera sobreviven las lenguas... Solo sobreviven unos pocos libros, testigos del aprendizaje y el alivio.