Quién iba a creer que 33 años después de la revancha entre Roberto Manos de Piedra Durán y Sugar Ray Leonard en el Superdome de Nueva Orleans, el estadounidense estaría masticando amargura por el desenlace de una pelea marcada por un insólito final, cuando el panameño dio la espalda en el octavo asalto y dijo: “No más”.

El combate de peso wélter es objeto de un documental de la serie ‘30 for 30’ de ESPN Films, precisamente titulado con la inolvidable frase, que reúne a los dos expúgiles en un cara a cara sobre un ring en Panamá.

Pese a que ganó en el desquite ese 25 de noviembre de 1980 y prosiguió una exitosa trayectoria en la que logró triunfos resonantes ante Tommy Hearns y Marvin Hagler, Leonard admite que en todo este tiempo nunca estuvo conforme con lo acaecido, con la sensación de que el mérito de su victoria fue eclipsado por el revuelo causado por la frase que Manos de Piedra profirió hacia un incrédulo árbitro, Octavio Meyrán, al retirarse.

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Durán, al contrario, no muestra nada de traumas. Con 62 años, disfruta a plenitud su vida en Panamá, conduciendo una moto y jugando billar.

Dirigido por Eric Drath, el documental abarca el periodo de cinco meses entre la primera pelea, que Durán ganó por decisión en junio de 1980 en Montreal, hasta una revancha que aceptó en corto tiempo, pese a que su peso se subió 30 libras.

A medida que transcurrían los asaltos de la revancha, Durán se frustró con el estilo escurridizo de su rival. Manos de Piedra se mantiene fiel a su versión de que no pudo continuar por sufrir calambres estomacales. Nadie le cree. “Para mí fue el temor de hacer el ridículo. Iba a ser una derrota bochornosa. No fue cobardía, fue una rabieta”, sugiere el periodista panameño Gerardo Fernández.

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“Ese abandono es algo que aún obsesiona a Leonard, pese a la brillante carrera que tuvo. No tuvo la satisfacción de una victoria pura, aunque ganó. Siempre ha estado diciéndose si hubiese ganado si la pelea llegaba a la final. No hay una respuesta clara”, comentó Drath.

En cuanto a Durán, sea lo que sea que ocurrió en Nueva Orleans, lo superó. “Está feliz con ser quien es, alguien muy admirado en Panamá”, dijo el director del documental.