“Deportivo Quito salió de terapia intensiva”. Esta fue la frase que usó ayer el presidente chulla, Santiago Ribadeneira, para informar que el momento difícil que vive el club por la crisis económica, con un déficit superior a los $ 20 millones, entró en compás de espera una vez que no hay amenazas inmediatas, y que la moratoria al pago de deudas sigue vigente. Pero aclaró que aún no hay una solución total al inconveniente.