La Copa tiene un nuevo campeón: Chile. Le demandó 99 años de participación. Ahora solo quedan Ecuador y Venezuela con esa asignatura pendiente. Ya llegarán. Las opiniones son siempre divergentes, a muchos les agradó el fútbol que vimos, a otro no. Los torneos de selecciones tienen un punto en contra: los jugadores se juntan tres o cuatro veces al año. En el club se practica todos los días. No puede ser igual el nivel de ensamble, de precisión. El análisis:

* La tendencia. La nítida característica de la Copa ha sido la paridad. Si bien este no es un fenómeno nuevo en el fútbol, en Chile el equilibrio de fuerzas fue total. Casi parece lo mismo enfrentar a Venezuela que a Brasil. El grado de oposición será parecido. Todos están física, táctica y mentalmente muy bien preparados. En dos juegos hubo pocas equivalencias: Chile 5, Bolivia 0 y Argentina 6, Paraguay 1. Pero tampoco es real que haya cinco goles de diferencia entre ellos. Esto nos dice que la Eliminatoria venidera será terriblemente disputada y pareja. Más incluso que las anteriores.

* El mejor. Chile. Supo ser campeón. Tuvo cinco hombres de rendimiento altísimo: Claudio Bravo, Gary Medel, Charles Aránguiz, Marcelo Díaz y Mauricio Isla. Con un puntito menos, Valdivia también destacó. Y el resto acompañó satisfactoriamente, sobre todo Eduardo Vargas, el goleador, y Arturo Vidal.

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* El récord. Cuatro técnicos de una misma nacionalidad llegaron a las semifinales: los argentinos Jorge Sampaoli (Chile), Gerardo Martino (Argentina), Ricardo Gareca (Perú) y Ramón Díaz (Paraguay). Nunca antes se dio, y es posible que no se repita. No es casual. Algo parecido sucede en la Copa Libertadores.

* Lo absurdo. El empecinamiento de los medios chilenos, de querer entronizar a Sánchez, un buen jugador que no dejó su marca en la Copa, aunque en el último juego levantó un poco su nivel.

* El jugador joven. Dos: Christian Cueva (Perú) y Derlis González (Paraguay). Velocísimo, frontal, de buen manejo, explosivo el primero. Juega y hace jugar. Inmediato destino europeo. Hábil, atrevido, picante, de buen remate el segundo. Le falta asociarse y tocar más con sus compañeros. Seguramente el Basel suizo va a hacer un gran negocio con su transferencia.

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* La tapada. La doble contención de David Ospina frente a Argentina, primero a Sergio Agüero, abajo y a su izquierda, e inmediatamente a Lionel Messi, arriba a su derecha. Pasarán años y se recordará. Por esto sostenemos que los arqueros actuales atajan más que los de antaño.

* El arquero. Dos: Claudio Bravo (Chile) y David Ospina (Colombia), espectaculares ambos, serios, para ganar partidos. Ponemos en la selección ideal a Bravo por alcanzar el título.

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* La sorpresa. Perú, sin duda. Renovó su plantel, su fútbol, su mente. Es una versión más fresca, combativa, veloz y ofensiva. Muy bien por el siempre querido fútbol peruano. Christian Cueva, Luis Advíncula, Pedro Gallese, Carlos Ascues y Joel Sánchez, cinco destaques. Y Paolo Guerrero, claro…

* El crack I. Marcelo Díaz, volante defensivo chileno. Enorme. Venía de marcar un gol histórico, que salvó al Hamburgo de descender por primera vez en 128 años de historia. Acá se comió la cancha en la final y fue fundamental en los partidos anteriores. Sabe todo y manda él en el partido. El tipo de crack que ordena, marca, distribuye, lidera. De pierna caliente y mente fría. No va a un Barcelona o un Real Madrid porque no tiene marketing ni prensa. Ni en Chile es ídolo.

* La selección ideal. Bravo (Chile); Advíncula (Perú), Medel (Chile), Jeison Murillo (Colombia), Marcos Rojo (Argentina); Javier Mascherano (Argentina), Aránguiz (Chile), Díaz (Chile), Cueva (Perú), Lionel (Argentina) y Guerrero (Perú).

* El ejemplo. La organización, correcta, austera, seria. No hacen falta estadios de $ 800 millones, como aconteció en Brasil; eso es para que se roben la plata algunos pícaros de arriba. Se necesitan escenarios confortables, pero sobre todo limpios, con buenos servicios –especialmente internet– y voluntarios que auxilien en diferentes circunstancias. Josep Bartomeu, último presidente del FC Barcelona, ahora candidato en las elecciones del próximo 18 de julio, anunció que, si gana, habrá wifi libre en todo el estadio Camp Nou. Algo elemental y que no tiene costo para el club. En un torneo como la Copa América, lo que los periodistas necesitan es eso, buena conexión, que se cumplan las conferencias de prensa para poder entrevistar a técnicos y futbolistas, algunos servicios gratuitos de bus y una lista de hoteles con precios módicos para los trabajadores de la información. No más. A cambio, la prensa dedica cientos de horas de radio y TV y miles de páginas de diarios a la difusión del torneo. Es una justa contraprestación.

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* La consagración. De Jorge Sampaoli como Carlos. Ya no puede ser casual. Armó un equipo extraordinario en Universidad de Chile (campeón de la Copa Sudamericana 2012), clasificó a Chile al Mundial 2014, ahora gana la Copa América. Está para dar un salto más todavía. Es estudioso, trabajador, ofensivo. Y ya demostró ser ganador. Recibió un desplante de Jorge Valdivia al sustituirlo en la final, pero Matías Fernández demostró que el cambio fue un acierto.

* El crack II. Paolo Guerrero. Un fenómeno el peruano. Un bailarín, jamás pierde la vertical para sacarse un hombre de encima; ni toca el césped. Y aunque tiene un estilo muy diferente del uruguayo Luis Suárez, comparten una característica: son artistas para brillar contra dos y hasta tres defensores. En desventaja numérica, crecen.

* La frase. “Gareca nos devolvió la identidad de querer jugar bien al fútbol”. De Nolberto Solano, el Maestrito limeño.

* El crack III. Aránguiz, volante chileno de corte y llegada. Le había hecho un golazo a España en el Mundial. Acá le marcó dos a Bolivia. Lleno de clase, firmeza, carácter. Forma una dupla notable con Díaz. Una copa que lo proyecta internacionalmente, aunque ya juega en el Internacional de Porto Alegre.

* La revelación. Justamente, Gareca, DT que no solo llevó a Perú al tercer puesto que nadie imaginaba, sino por el fútbol agradable y competitivo de la selección incaica. En escasísimo tiempo de trabajo promovió jóvenes, le dio un estilo más ofensivo y audaz a Perú. Se cotizó el Flaco.

* El infortunio. De Messi. Un jugador maravilloso metido en una era difícil del fútbol argentino. En diez años de selección nunca halló un socio para tocar. Ni un técnico que potenciara su juego. O gana él los partidos o lo responsabilizan de todo, aunque llegue a todas las finales. Muy injusto. (D)

Lionel Messi es un jugador maravilloso metido en una época difícil del fútbol argentino. En diez años de selección nunca halló un socio para tocar.