No vamos a opinar en esta columna sobre temas gastronómicos ni de los platos que degustamos a diario en la cocina criolla. De los mariscos hablaremos más tarde porque alguna relación tiene con el fútbol. Los ‘camarones’ que nos interesan tienen que ver con los jugadores de identidad falsa (caso Chila-Cheme, por ejemplo) o de edad adulterada por partidas truchas. En la jerga popular si yo hago jugar a Pedro como si fuera Agapito, o si en la cancha planto a un adulto como si fuera juvenil, me van a acusar de haber competido con un equipo lleno de ‘camarones’, violando las reglas del juego limpio y la deportividad.