Aunque ni remotamente alcanza las proporciones de las batallas épicas que libró el teóricamente débil Everest con Barcelona, un añejo recuerdo futbolero viene a la memoria gracias a la hegemonía impuesta en la temporada 2015, por el recién ascendido River Ecuador sobre los canarios. Hubo un tiempo en que otro ‘terror rojo’ causó estragos entre los amarillos.

Días antes del primer duelo de 1980 entre baisanos y toreros, EL UNIVERSO confirmaba que: “Desde los albores del profesionalismo, en la época del estadio Capwell, siempre los encuentros entre Barcelona y Everest resultaron interesantes. Partidos de gran intensidad, con muchas emociones”. Y al Modelo, en un compromiso extra para establecer al monarca ecuatoriano de 1962, se trasladaron los dolores de cabeza causados por los everianos a los toreros.

El 13 de enero de 1963, “un cañonazo impresionante de Galo Pinto, cargado de dinamita; tres voladas sensacionales del golero Hugo Mejía; y el prodigarse de todos sus compañeros para sostener el empate (1-1) fabricaron para Everest el ansiado título de campeón nacional”, reseñó EL UNIVERSO.

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Hace 35 años, tras varias penosas campañas en la B, Everest volvió a la división máxima para atormentar al poderoso Barcelona. El 27 de abril se citaba que “hinchas toreros creen que así como está jugando su equipo debe imponerse fácilmente al ciclón rojo”. Pero ‘Barcelona no pudo con Everest’, tituló EL UNIVERSO. Ni de penal Pepe Paes pudo batir al portero Édgar Gato González y fue 0-0.

En el torneo de 1980 volvieron a medirse el 29 de junio y el llamado equipo de la montaña “tumbó a Barcelona”, donde brillaban estrellas como Flavio Perlaza, Víctor Ephanor, Juan Madruñero, Ney, Wilson Nieves, Mario Tenorio y otros.

Se indicó que “si bien los antecedentes y la ubicación de los conjuntos en la tabla ponían a los amarillos como favoritos, Everest fue un cabal triunfador” 2-0. Los tantos fueron del zaguero Ernesto Bombón Mesías, quien sorprendió a Manga al “disparar con fuerza y efecto”, y del artillero paraguayo Miguel Adolfo Flaco López, quien “anotó un gol realmente espectacular”.

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En el tercer juego Barcelona, que al final se quedaría con el título de 1980, tampoco logró someter a Everest. El 7 de septiembre de ese año los canarios se pusieron dos veces arriba en el marcador, por obra de los brasileños Ney y Escurinho (a quien el Gato González le atajó un tiro penal a los 88 minutos). Pero Gonzalo Cárdenas y luego Duval Altafuya sentenciaron el 2-2.

El 10 de noviembre de 1980 había “gran interés por ver si Barcelona le gana a Everest”, en el cuarto choque del año entre ambos. Se impusieron los toreros 2-1, pero con sobresaltos y tras “remontar un score que les era adverso”, con anotaciones de Escurinho y Ney.

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El capítulo final de la historia del Equipo de la Montaña en la serie A en sus duelos contra los canarios se escribió el 3 de julio de 1983, en el estadio Modelo. “Sin sueldos al día, sin cancha para entrenar, sin concentraciones”, los everianos fueron contra un rival “favorito, como en casi todas las ocasiones”. Este Diario anticipó que en “cada cotejo (con los canarios) Everest puso fuerza, garra, temperamento, argumentos con los que hizo pasar malos ratos al equipo amarillo”. Y en el adiós no fue la excepción.

No destruyeron el ánimo rojo ni las goleadas de América (6-0) y El Nacional (7-0). Le ganaron 1-0 a Barcelona, con gol de Tyrone Castro. Una semana después Everest fue vapuleado por Liga (Q) 10-0, y al cierre del año bajó a la B. Luego a segunda categoría. Y no ha vuelto. (D)