Fausto Montalván Triviño fue, hasta hoy, la máxima leyenda con vida de Barcelona. También era el único sobreviviente del grupo de futbolistas canarios que con la victoria sobre el Millonarios de Alfredo Di Stéfano, en 1949, forjó la idolatría amarilla. Mientras veía por TV el triunfo de Barcelona sobre Católica (contó su nieta Doménica Jarrín Montalván) un infarto acabó ayer con la vida de uno de los mayores símbolos toreros de todas las épocas.