Su llegada a Ecuador fue silenciosa. Sin aficionados para recibirlo en el aeropuerto de Guayaquil y sin rueda de prensa, y ningún directivo llevó una camiseta para que el nuevo refuerzo sea fotografiado. Y pese a llegar casi en el anonimato, Ángel Luis Liciardi vino para fabricar goles en una cantidad escalofriante. En 1970 Emelec fichó al Tano, que arribó del Belgrano de Córdoba, donde jugó entre 1968 y 1969.

Debutó el 31 de mayo de 1970, en la primera jornada frente al Patria y el resultado fue 0-0. Anotó su primer tanto el domingo 30 de agosto contra el mismo adversario, en duelo de la segunda vuelta, al batir al portero Isidro Tanque Olmos en el triunfo azul 1-0. Marcó 8 goles con los eléctricos en su campaña inicial. En 1971 hizo 6 dianas para los millonarios.

No hubo paciencia para Liciardi en Emelec y en 1972 se marchó al Deportivo Cuenca para transformarse en un inmortal del balompié nacional. Ahí se esfumó el perfil bajo del temible artillero y empezó el ruido constante de los balones que se estrellaban contra las redes de los arcos rivales. Hace 46 años fue el máximo goleador y empezó a establecer récords. Varios están vigentes, como ser el único futbolista en la historia del torneo que ha sido más veces goleador (4) y único en tres ocasiones al hilo. Se llevó el cetro en 1972 (24 tantos), 1974 (19), 1975 (36) y 1976 (35).

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En 1975 fue el atacante que más tantos hizo en un certamen (36), hasta que Iván Kaviedes lo rebasó en 1998 (43, con Emelec) y ahora John Cifuente (37, con U. Católica) lo dejó como tercero del podio de cañoneros.

Hasta la explosión del Tano en el Expreso Austral (club al que condujo dos veces a la Copa Libertadores) ningún futbolista había superado los 30 impactos en una sola campaña.

En 1975 se destapó con siete dobletes, un partido de tres goles y otro donde hizo cuatro. Esa última hazaña la consiguió Liciardi el 21 de diciembre, frente al Deportivo Quito, cuando se ensañó con Janko Sankovic, guardameta de los chullas nacido en Serbia.

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EL UNIVERSO, que llamó “verdugo” al Tano, destacó uno de los tantos como “el mejor gol de la jornada. Villagra, superando largo a Romanelly, se escapó por la izquierda. Al centro llegó justo el goleador Liciardi para, adornándose, picar la pelota con elegante taquito y anotar el 3-0 y la fiesta era morlaca en el Olímpico (Atahualpa)”.

El goleador dejó en el campeonato una huella de 160 tantos (14 con Emelec, 132 con el Cuenca –más otros 9 en Copa con los azuayos– y 14 con Barcelona, donde se retiró en 1978). No importa si rompen sus récords, el argentino-ecuatoriano ya está en la leyenda.

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Convivir con los cuencanos es lo mejor que me pudo pasar. Cada 15 días que voy a Cuenca y revivo mis tiempos maravillosos".Ángel Liciardi, 10 diciembre del 2004

(D)