Introducirnos en el campo del fútbol, desde sus inicios y posterior evolución, es deshojar miles de páginas. En eso coinciden autores y pensadores de este deporte, incontenible en su masificación tanto en el campo amateur como en el profesionalismo en todas las naciones del planeta tierra. Cuando el balompié comenzó a hacerse presente, un entrenador cumplía roles diferentes en un plantel. Iniciaba las prácticas primeramente enviando a sus dirigidos a dar cinco o seis vueltas en el terreno de juego; luego les enseñaba ejercicios aplicados al atletismo para de ahí pasar a jugar fútbol. La sesión de entrenamiento era planificada en el mismo instante, lo que se evidenció hasta 1940.

¿Cuándo la preparación física dejó de ser un mito? Desde 1940 va apareciendo la figura del preparador físico, inmersa en un cuerpo técnico. Con certeza podemos afirmar que todos los equipos y selecciones del mundo, sean a nivel profesional, amateur y en otras diversas categorías, laboran con preparadores físicos actualmente.

Los preparadores físicos en su profesión deben ser muy estudiosos de la fisiología del esfuerzo y de las modificaciones biológicas que inciden en el organismo del jugador, de la metodología del entrenamiento, de los avances de la medicina deportiva y de los parámetros en cuanto a volumen e intensidad de los movimientos/ejercicios. En capítulos de las ciencias aplicadas en el deporte se describe que una buena preparación física apuntala un excelente entrenamiento técnico con buenos resultados en competencias.
Los cuerpos técnicos conocen que con la demanda energética del balompié actual, dada en un entrenamiento, en un encuentro amistoso u oficial, el jugador pierde kilos y lógicamente requiere para su recuperación 72 horas de descanso. Además de una alimentación rica en hidratos de carbono, grasas y proteínas más vitaminas, y como advertencia, una correcta preparación invisible.

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Los profesionales de esta insigne rama ejecutan sus tareas con un sinnúmero de implementos implícitos para robustecer al máximo las mediciones y evaluaciones de velocidad, fuerza, resistencia, potencia, flexibilidad, coordinación, movilidad y agilidad. Enlazando con estas capacidades físicas, el temperamento, carácter y el pundonor de ganador de cada jugador. La técnica y la preparación física jamás caminarán separadas. (D)