El argentino Jorge Célico fue notificado por la directiva del Club Sport Emelec que el juego ante Universidad Católica fue el último que dirigió como encargado del banquillo millonario, poniendo fin a su ciclo después de 17 partidos en los que obtuvo el 35,29 % de rendimiento luego de cuatro triunfos, seis empates y siete derrotas.

Célico tiene una trayectoria larga y respetada en el fútbol ecuatoriano. Su nombre está asociado al desarrollo de jóvenes talentos, al trabajo formativo y a procesos.

Pero también, inevitablemente, a una cuenta pendiente que parece perseguirlo: nunca pudo consolidarse en los equipos de mayor presión. No tuvo un buen interinato en la selección absoluta de Ecuador en 2017 tras la salida del argentino-boliviano Gustavo Quinteros. Incluso, en esta etapa hubo un acto de indisciplina por parte de varios jugadores que decidieron abandonar la Casa de la Selección una noche antes del partido.

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Perdió 2-1 ante Chile y 3-0 con Argentina en los dos últimos partidos de la eliminatoria rumbo al Mundial de Rusia 2018, poniendo fin a la posibilidad de alcanzar el repechaje. Perdió 6-1 ante Argentina en un amistoso disputado luego. Aunque más allá de ese resultado, en esa Selección jugaron varios elementos que hoy suelen conformar las convocatorias.

Este artículo no busca desconocer su trabajo, cuya metodología ha dado sus frutos en las categorías formativas. Es el único estratega campeón con una selección ecuatoriana. Ganó el Sudamericano Sub-20 de 2019 jugando un fútbol brillante con nombres que hoy destacan en primera división, como Gonzalo Plata, Leonardo Campana, Alexander Alvarado, Richard Mina, Moisés Ramírez, entre otros. Luego ganó la medalla de bronce en el Mundial de la categoría disputado en Polonia, el mismo año.

Antes, en Universidad Católica, comandó un proyecto que devolvió al equipo a la serie A del fútbol ecuatoriano y lo situó en los primeros lugares, llevando a esta escuadra capitalina a torneos internacionales después de varios años.

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En varias temporadas llegó a estar peleando arriba, pero en la recta final se cayó. Nunca ganó un título. Siempre se quedó cerca.

En Barcelona SC tampoco lo logró. Llegó en 2022 para recomponer un equipo golpeado tras la salida de Fabián Bustos. Tenía el respaldo de la directiva que lo había contratado por tres años, un buen plantel y el antecedente de haber dirigido con éxito a la sub-20 campeona sudamericana en 2019. En su presentación dijo que no podía haber agarrado un mejor equipo, luego cambió su discurso y dijo que el plantel tenía falencias en su armado.

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No conectó. No encontró nunca el equilibrio. El equipo fue irregular, perdió partidos clave y fue eliminado de la Copa Sudamericana. Lo terminaron sacando antes de que acabara el año. Dirigió 31 partidos, ganó 12, empató 11 y perdió 8 (50,53 % de rendimiento).

Quizás decisiones como las de enviar al banco de suplentes a un referente como Damián Díaz, que venía siendo importante en el equipo, o solicitar el fichaje de John Jairo Cifuente, jugador que no estaba en el peso ideal de un futbolista profesional, y otorgarle la titularidad inmediatamente sin que el uruguayo Gonzalo Mastriani haya hecho méritos para salir del once estelar, fueron desgastando la relación entre cuerpo técnico y plantel.

Mastriani salió del club a las pocas semanas y se fue al fútbol brasileño, donde actualmente está muy cotizado. Fue goleador de la Copa Sudamericana con el Atlético Paranaense y hoy es jugador de Botafogo, actual campeón de la Copa Libertadores y clasificado a octavos de final del Mundial de Clubes que se disputa en Estados Unidos. Emmanuel Martínez también pidió su salida del club y partió el mismo año a Brasil.

Y ahora, en Emelec, el ciclo también está cerrado. Célico llegó con ilusión, con el compromiso de volver al club a pelear arriba y de asumir un reto pese a las dificultades que atravesaba el elenco eléctrico, como la imposibilidad de realizar fichajes e inconvenientes financieros con sus colaboradores.

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Pero la realidad fue otra: bajo rendimiento, falta de ideas ofensivas y un plantel que no creía en su idea. Lo expresó públicamente en rueda de prensa tras empatar con Universidad Católica, que jugó con dos hombres menos: “No tengo miedo de volverlo a repetir, se metieron atrás porque les dio la gana de meterse atrás, en vez de presionar y salir rápido“.

Célico es un formador notable, un técnico muy respetado en el fútbol ecuatoriano, pero su historial con los equipos grandes de Ecuador está sujeto a la duda de por qué no pudo consolidarse en ninguno de ellos. Es hasta el momento la gran cuenta pendiente de su carrera. (D)