Lionel Messi es el ganador del Balón de Oro por méritos propios. No quiere decir que los otros dos jugadores que completan el podio no lo merezcan porque en un premio individual, a diferencia de un partido de fútbol, los merecimientos existen. Capaz que uno dio más asistencias que otro o metió más goles, mientras que otro de los candidatos ganó algún campeonato colectivo siendo figura. También, a veces, las dos cosas se unen y los votos de los periodistas parecen claros.

Los premios individuales son subjetivos. Te dan unas pautas pero en la retina de cada uno quedan goles, jugadas y diferentes situaciones personales que son imposibles de olvidar. Y acá Messi siempre va a ganar. Porque algunos pueden dudar de que Messi haya sido el mejor jugador del año, pero no pueden dudar de que sea el mejor jugador del mundo.

Con el argentino siempre va a haber polémica. En alguna ocasión se le achacaba no haber ganado nada con Argentina, aún habiendo llegado a varias finales. En otras ocasiones, no haber ganado nada con su club, el Barça. Y en otras, simplemente porque es un premio subjetivo y la gente quería otros ganadores. Y es lo más normal del mundo.

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Esta vez, Messi ganó con Argentina la Copa América. Una Copa América que muchos quieren desmerecer, pero Argentina no ganaba nada desde el año 1993. Una Copa América que se jugaba en Brasil, de visitante tras la cancelación en su país y con casi todo en contra. Una Copa América 2021 que se le ganó a la Canarinha, en el mítico Maracaná. Una Copa América en la que Messi fue decisivo en muchos encuentros.

Que Messi gane el Balón de Oro se puede debatir. Algunos estarán de acuerdo en que es ‘justa’ la victoria y otros dirán que lo gana porque es Messi o porque juega en París, la casa de France Football. Lo cierto es que no hay discusión en que Messi sigue siendo decisivo a pesar de su edad y que sigue siendo el mejor. Le pese a quien le pese. (O)