Cuando pierde la Selección pierde el país

Aun con el calor que agobia a gran parte del territorio de EE. UU. (Canadá vs. Perú se disputó con 39 grados) y campos de juego no muy aptos, se juega a fondo.

Miles de hinchas uruguayos se dieron cita en el encuentro entre su selección y Bolivia por la segunda fecha del grupo B de la Copa América. Foto: EFE

Actualizado el 

Amigos, familiares, compañeros, público en general le preguntan al periodista: ¿Qué tal está la Copa América…? Buena, linda, aún no alcanza para tildarla de apasionante. Con sorpresas: los dos triunfos seguidos de Venezuela, la victoria de Panamá sobre Estados Unidos, el empate de Costa Rica ante Brasil. Faltarían más goles, pero empiezan a llegar. Aún con el calor que agobia a buena parte del territorio norteamericano (Canadá 1 - Perú 0 se disputó con 39 grados) y con campos de juego no muy aptos, se juega a fondo, hay intensidad, ida y vuelta y tensión, como los choques Colombia-Paraguay, Chile-Argentina y algunos con increíble ardor como Ecuador-Venezuela, Brasil-Costa Rica y EE. UU.-Panamá. Nos animamos a pronosticar que mejorará en los tramos finales.

* Uruguay, ese ogro. Nadie lo quiere enfrentar y es el principal candidato al título. Ya había terminado el 2023 de la mejor manera, venciendo con autoridad a Brasil y Argentina (a esta, de visita). Este año luce aún mejor. Es un equipo joven, con un estado físico fantástico, con el carácter y el compromiso por la camiseta que son norma en la Celeste. Y con el Manual de Bielsa. Esto es, vértigo, ataque tras ataque, rápida recuperación, jugar mucho por las puntas. Los diez jugadores de campo que golearon a Bolivia 5 a 0 tienen un promedio de 25,6 años. Perfecto para el desgaste físico que pide el técnico rosarino. Y, a pesar de la juventud, todos tienen años de Primera y de selección. O sea, frescura y veteranía al mismo tiempo. Los uruguayos tienen selección, mínimo, para dos mundiales. Está claro por qué Bielsa no cuenta con Godín, Cavani, Coates, Vecino y tiene a Luis Suárez de suplente. Necesita atletas para 95, 98 minutos.

* Reflexión. La dejó Bielsa en rueda de prensa después del Uruguay-Bolivia: “Cuando un equipo crea muchas opciones de gol y convierte un porcentaje alto de ellas, eso deja un saldo positivo. Uruguay, la mayoría de las veces que llegó a la altura del último tercio del arco rival, logró cambiar la velocidad de las jugadas y convertir las posesiones en situaciones profundas, de calidad y con peligro”, inició Bielsa. Lo que el Bambino Veira llamaba “cambio de ritmo” e insistía tanto en ello: “Sin cambio de ritmo no hay sorpresa, y sin sorpresa no hay gol”.

* El dolor de Bolivia. Saber de antemano que vas a perder. Y perdés. Duro. Y nadie hace nada. No se dan cuenta de que cuando pierde la selección, pierde el país. Una pena. A la tarde en el diario, en los pasillos, en la cafetería, la pregunta era la misma: “¿Cuántos nos mete Uruguay hoy…?”. Y tras la puntual goleada, los memes, crueles: “Bolivia juega de rojo para que no sepan que son ellos”. Y por la noche, los comentaristas hablan de “la subida de los laterales”, del “recambio generacional”, “la línea de cuatro o de cinco”… Fruslerías. El problema es de fondo: de dirigencia, de informalidad, de falta de visión, de contratar técnicos baratos, de la inexistencia de un plan nacional de formación juvenil, de no tener un centro de entrenamiento modelo como todas las selecciones del mundo. “Hay que dejar de ser pesimistas, tenemos lo nuestro, hay talento futbolero, no seremos la selección campeona del mundo porque tenemos nuestra realidad y dificultades, pero sé que se puede y hay que creer en los bolivianos”. Lo dijo Fernando Costa, presidente de la Federación Boliviana, antes de subir al avión para Estados Unidos. “Hay que creer en el talento boliviano”, concluyó. ¿Cómo ser optimistas, ingeniero…?

* Subidón. En una sola jornada, el promedio de goles se elevó de 1,83 a 2,14 gracias a los ocho tantos en una sola jornada, Estados Unidos 1 - Panamá 2 y Uruguay 5 - Bolivia 0. La Copa empezó a calentar motores.

* Récord. Ya puede decirse que esta edición 2024 fijará una nueva marca de asistencia de público para la Copa América. La anterior era la de 2016, también escenificada en EE. UU., en la que se vendieron 1′504.635 boletos (a una media de 47.019 por partido). La actual, en los primeros catorce juegos, arroja 713.492 (50.964 por juego). Y faltan 18 cotejos. Además, resta lo más sustancioso: la tercera fecha completa y la fase eliminatoria. Podría superar el millón setecientos mil pagantes y alcanzar los 300 millones de dólares solo en taquillas, apenas uno de una decena de rubros de negocios. En la ronda final todos los partidos se jugarán en estadios para 65.000 a 80.000 personas.

* Horno. En la feroz (e injusta) campaña de desprestigio sufrida por el Mundial de Qatar, la famosa revista Der Spiegel, la más importante de Europa, le dedicó su portada con un título catástrofe: “PAÍS HORNO”. No era tan así. Al menos entre noviembre y diciembre. Se trataba de un calor intenso, pero tolerable, y por la noche la brisa del mar traía un fresquito que obligaba a ponerse un abrigo. Y los estadios estaban climatizados. En el campo la temperatura era ideal para los futbolistas, entre 21° y 22°. En Estados Unidos, en junio y julio, cuando se disputará el Mundial 2026, el calor golpea duro. “Hace muchas semanas que en Miami estamos con 40 grados, y la humedad es insoportable. No se puede estar sin aire acondicionado”, dice Johani Ponce, periodista venezolana. “Barranquilla es una nevera al lado de esto”, agrega Tito Puccetti, narrador y comentarista estelar de RCN y Win Sports, de Colombia, hablando de Arizona, donde Colombia enfrentó a Costa Rica. “Es como estar en un asadero de pollos, pero ser el pollo”, ironiza Ricardo Henao, su comentarista. ¿Habrá refrigeración en el Mundial 2026…? Huuuuuummmm… Estuvimos en el de 1994 y nos cocinamos en Chicago, en Los Ángeles...

* El Gordo y el Flaco. El país más finito de América derrotó al más grueso. Y con solvencia. Panamá, 4,5 millones de habitantes, un hijo putativo de los Estados Unidos (335 millones), le dio vuelta el bote al equipo de las rayas y las estrellas. Perdía 1 a 0, atacó con furia todo el partido y terminó ganándole sobre el final. Con buen fútbol. Hace justo 30 años, Panamá estaba en el puesto 140 del ranking mundial. Hoy es el 43. Algo bueno pasa allí.

* El señor Naciones Unidas. Estados Unidos ganaba con gol de un fantástico delantero: Folarin Balogun, que parece un embajador de la ONU. Es nacido en EE. UU., se crio desde los 2 años en Inglaterra, tiene padres nigerianos y desarrolla su carrera en Francia. Posee triple nacionalidad y jugó en las selecciones juveniles inglesas, pero decidió defender la camiseta blanca. Tremenda potencia, 22 años, ambicioso para el arco. Ponerle el ojo. (O)

¿Tienes alguna sugerencia de tema, comentario o encontraste un error en esta nota?