¿Puede un 0-0 resultar un partido agradable…? Puede. Corinthians y Boca es una cabal demostración. No lograron perforar los arcos, pero compusieron de todos modos un duelo atractivo, de alta intensidad, con una prestación física impresionante, el que pestañeaba, perdía. Todo es a cien, a cada pelota se va como a la guerra y las marcas son férreas. Así se juega hoy y el que no lo entiende, no consigue competir. Ese choque sirve como paradigma para el fútbol de los demás países: si no se asume el juego actual de esa manera, no hay ninguna posibilidad de triunfo. Y aunque jugó un par de horas antes, quien supo captarlo a la perfección fue Emelec, que lo puso en práctica frente a Atlético Mineiro.