¿Mbappé, Messi, Benzema…? Mañana a la tarde, uno de esos nombres encabezará la marquesina dorada del fútbol mundial. El premio The Best es el correlato del Balón de Oro. Este tiene menos valor oficial que el de FIFA pues no participan los protagonistas del juego, solo periodistas, aunque muchísima más repercusión por su nombre, brillante, por cierto. Balón de Oro es un gol en todo el sentido de la expresión.

Los tres han tenido un año de fábula y cualquiera que lo obtenga estará perfecto: Benzema fue campeón de España y de Europa, goleador y superfigura de Champions, ametralló con goles y regó de calidad todos los campos. Karim no es simplemente un 9 de área tipo Lewandowski o Cristiano Ronaldo, es un 9 de clase, un 9 jugador, con una respuesta apropiada para cada acertijo que el partido le plantea.

Excepcional contragolpeador, fino tocador, guapo sin alharacas, ganador sin aspavientos. Nunca se lo caracteriza como goleador, pero lleva 444 goles. Como quien pasaba por ahí metió 444 goles. Y podría tener cien más si no hubiese oficiado durante nueve años de escudero de Cristiano Ronaldo siendo un futbolista más dotado técnicamente que el portugués. Sin duda, producto de su carácter manso y retraído. Hay una estadística sencilla: en las últimas cuatro temporadas de Cristiano en el Madrid, Benzema anotó 81 goles; en las primeras cuatro sin aquel señaló 131. Jamás se habla de sus logros, sin embargo, lleva 33 títulos ganados.

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Tiene un perfil bajísimo para el enorme jugador que es. Pudo ser finalista del mundo si Didier Deschamps lo hubiese admitido en la selección francesa. Pero tenía un entripado con él.

Mbappé es, seguramente, el jugador de mayor potencia de la historia. La bomba atómica. No posee la técnica de Benzema, su exquisitez con la bola, sí es un tsunami con gol, con feroz ambición, no está en la elaboración, espera el pase en cortada y arranca en tercera o bien arremete contra todo lo que tiene por delante. Ha mejorado notablemente su remate, de derecha sobre todo, tiene mucha mayor precisión de tiro, y también ajustó la definición, decide mejor. Le sigue costando el pase, realmente curioso que un fenómeno de su porte falle tanto en la cesión, pero es que hace todo a tanta velocidad, con tal impulso que pierde justeza en ese aspecto. Atención, pierde muchas combinaciones con Neymar o con Messi por ese motivo. Es muy difícil de anular, quien mejor lo ha hecho es el inglés Kyle Walker, en el Mundial. Walker es otra máquina física, pero además lo anticipó y le quitó espacio de maniobra. Kylian tiene un atributo exclusivo, o de muy pocos: cuando entra en contacto con la pelota, genera terror en el adversario, en sus jugadores e hinchas. Será el protagonista estelar en los próximos años, en los que Messi declinará su fulgor. En el lapso que se evalúa a los aspirantes al galardón –8 de agosto de 2021 y el 18 de diciembre de 2022– Kylian fue campeón francés y subcampeón mundial, además de goleador de la Copa del Mundo con 8 tantos.

Messi también se coronó en Francia con el PSG y fue campeón mundial con Argentina, siendo, además, la estrella en Qatar 2022. Y convirtió apenas un tanto menos que Mbappé, pero en cambio encabezó las asistencias. Jugó e hizo jugar, fue el capitán que despertó al equipo con aquel golazo ante México y luego tuvo actuaciones memorables ante Australia, Holanda, Croacia y Francia. Tiene sobre todos los demás futbolistas de la tierra la ventaja de hacer jugadas que los demás no pueden. Como la asistencia a Nahuel Molina en su gol a Holanda o la monumental acción en el tercer gol a Croacia, cuando se llevó de paseo durante treinta metros a Joško Gvardiol, de veinte años, hasta ahí considerado el mejor defensor del torneo. Leo elevó la vara de los 30 años a los 35. Nadie había alcanzado tal nivel de excelencia a esa edad. “Maradona a los 35 años ya era un exjugador”, sentenció el Colorado Carlos Mac Allister. Rigurosamente cierto. Pelé se retiró de los mundiales a los 29, del Santos y del fútbol antes de cumplir 34. Nueve meses y medio después, con ciertos apremios económicos, volvió a jugar en el Cosmos de Nueva York.

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Atravesando ya su decimonovena temporada en Primera División, Leo se sigue poniendo el traje de superhéroe para salvar a un mediocre equipo del PSG, como el domingo anterior ante el Lille, metiendo un tiro libre delicioso en el minuto 95 para ganar 4 a 3. Es casi un milagro. El mismo Mbappé quería llevarlo en andas. Hay una diferencia entre ser el mejor futbolista del mundo y ser el mejor futbolista mundial de un año determinado. Lewandowski fue sin duda el más destacado durante un año o dos, pero nadie dirá nunca que fue el mejor jugador del mundo. No le da. Le falta más técnica, fantasía, genio, talento. Es un grande del gol en una brillante temporada y ganando títulos. Messi ha llenado una época con virtuosismo, un artista de los rectángulos con una visión única del juego. Primero como gambeteador extraordinario, luego como armador inteligente, siempre como goleador letal. Y ha sido, posiblemente con Andrea Pirlo, el más iluminado pasador de todos los tiempos.

“La FIFA se lo va a dar a Messi porque valorizará su torneo, que es la Copa del Mundo”, se leyó en Twitter. Error, la FIFA no designa al ganador, lo eligen los capitanes y entrenadores de las 211 selecciones del mundo, los periodistas y el público. Cada uno de estos estamentos representa el 25 % de la votación.

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Leo sí es el favorito por haber ganado el Mundial, ¡y cómo…! Aunque es altísimamente probable que sea su último galardón. En breve tendrá 36 años y el físico afloja. ¿Quiénes son los nuevos nombres que asoman en el firmamento para las próximas ediciones…? (O)