La carta de despedida que redactó Gustavo Alfaro, y que él difundió el domingo pasado en redes sociales, debe ir directo al tacho de la basura. Ese texto del extécnico de Ecuador no tiene ningún valor para los que nos gusta el balompié, para quienes sentimos a la Selección como una organización. Creo que para la Federación Ecuatoriana de Fútbol debería ser lo mismo porque es un mensaje lleno de sentimentalismo, pero en el que Alfaro no explica las razones de ciertos hechos polémicos.