Inglaterra, que no solo se preciaba de ser la cuna del fútbol sino también la ideóloga de los reglamentos de este deporte, no compareció en París, en 1904, cuando delegados de Francia, España, Holanda, Suecia, Suiza y Dinamarca decidieron fundar la FIFA. Un año más tarde, los ingleses se afiliaron. La idea de hacer un campeonato entre naciones fue una de las primeras tareas de la FIFA, lamentablemente debió postergarse hasta 1930 por razones políticas que desencadenaron la Primera Guerra Mundial, que postergó el sueño de organizar lo que se denominaría Copa del Mundo.