El campeonato nacional 2023 organizado por la LigaPro ha comenzado con tardanza. Los equipos tuvieron aproximadamente cuatro meses de preparación. Conocido es que una pretemporada tan prolongada no es favorable para ningún cuadro, y con mayor razón para un cuerpo técnico. En nuestro medio son las competencias oficiales las que permiten a los jugadores una óptima concentración en los objetivos; y a los entrenadores, reconocer el propio potencial futbolístico y, por supuesto, el ajeno.

Pero la novedad que más críticas ha tenido es, sin lugar a dudas, la decisión mayoritaria de los clubes de aprobar la contratación de hasta ocho extranjeros como refuerzos por cada conjunto y que todos puedan estar en cancha. Para nada ha servido el reclamo insistente del presidente del gremio de futbolistas ecuatorianos, para quien dicha medida perjudica el desarrollo del balompié de nuestro país. Los argumentos de Miguel Ángel Loor, presidente de LigaPro, para defender esta tesis son dos: 1) es una presión para que el futbolista ecuatoriano baje sus pretensiones económicas; y 2) que el nivel competitivo mejore.

Desde mi punto de vista, poder fichar a ocho foráneos no es una fórmula para ubicar en el justo valor las remuneraciones de los futbolistas ecuatorianos. Eso no ocurrirá mientras no exista el serio compromiso de respetar el fair play financiero, o haya topes de inversión o salariales, porque al final son los propios dirigentes los que ponen los límites de acuerdo a sus reglas y conveniencias. Lo que puede generar esa licencia de ocho extranjeros es que jóvenes jugadores ecuatorianos sean marginados por esta medida. ¿Cuántos? Solo el tiempo nos lo dirá y recién entonces se recapacitará sobre cuán perjudicial fue para el desarrollo de nuestro fútbol.

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Un tema que en algo reconforta es la presencia de seis técnicos ecuatorianos dirigiendo en la serie A. Ellos son Juan Carlos León (Orense), Geovanny Cumbicus (Mushuc Runa), Pool Gavilánez (Guayaquil City), Leonardo Vanegas (Gualaceo), Paúl Vélez (Libertad) y Patricio Hurtado (Cumbayá). Hay que anotar que los equipos con mayor trayectoria siguen prefiriendo DT extranjeros.

Entre los temas pendientes está ver en qué estado encontramos las canchas del país, un asunto que no ha ayudado a mejorar el espectáculo. También el VAR es un capítulo pendiente. Ese apoyo hoy está a la disposición tan solo de los que pueden pagarlo, y eso tampoco es equitativo, hasta que la LigaPro cumpla el compromiso de usarlo en todos los partidos. El capítulo postergado nuevamente es la revisión de las sanciones que aplica la Comisión Disciplinaria. No podemos olvidar la barbarie contra árbitros o las invasiones a los campos de juego y otros sucesos lamentables que fueron castigados con penas insignificantes, sin la idoneidad ni la proporcionalidad que merecían.

Varios dirigentes ofrecieron reformas, pero no lo hicieron porque al fin y al cabo modificarlas podría causar inconvenientes a sus propios intereses. Otro asunto crucial es el arbitraje, que en el 2022 fue muy criticado por sus reiteradas equivocaciones. ¿Qué se ha hecho para solucionarlo? Nada. El tema de fondo consiste en que al árbitro ecuatoriano le falta fortalecer la personalidad y recibir las garantías suficientes para aplicar las reglas, sin favor ni temor. Por cierto, que los dirigentes responsables elaboren nuevos parámetros y requisitos para llegar a ser juez de la serie A.

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El torneo 2023 estará enriquecido por varios deportistas que han estirado su permanencia en el fútbol y que, pese a su edad, no dejan de ser importantes en el andamiaje de sus equipos. Por ejemplo, Cristian Pellerano (41 años) sigue siendo estelar en Independiente del Valle; Facundo Martínez (38 años), capitán de Universidad Católica, referente en el medio campo; Yuber Mosquera (38 años), defensa de Católica; Adrián Gabbarini (37 años), de Liga de Quito; Gabriel Achilier (37 años), capitán de Orense; el popular Roberto Tuka Ordóñez (37 años); y, por supuesto, Damián Díaz (36 años), tres veces campeón de Barcelona. Muchos de ellos tras esta temporada dirán adiós al fútbol.

¿Qué nivel de fútbol nos ofrecen los 16 equipos? La verdad, hay clubes, sobre todo los más pudientes económicamente, que han hecho un gran esfuerzo para que al menos en la oferta parezcan poderosos y favoritos para ganar el torneo, y son al menos seis los que pueden ofrecer esta etiqueta.

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Sin lugar a dudas, Liga (Q) ha hecho una gran inversión. Fortaleció el sector más vulnerable, que era su defensa, al incluir al haitiano Ricardo Adé y al argentino Mauricio Martínez. En ofensiva fichó a Lisandro Alzugaray, repatrió a Renato Ibarra, a José Angulo y a Jhojan Julio. Es uno de los máximos aspirantes.

Cuando todos pensábamos que seguiría con la política financiera austera, que tanto lo mortificó en el 2022, Barcelona sorpresivamente realizó más de once incorporaciones, entre las que sobresalen las de Mario Pineida, Fernando Gaibor, Christian Ortiz (argentino) y tres delanteros: Agustín Rodríguez (uruguayo), Francisco Fydriszewski y Jonathan Bauman (ambos argentinos), entre otros. Respira tranquilo Fabián Bustos: de la escasez a la abundancia de un momento a otro. El presidente Carlos Alfaro Moreno sueña con ganar todos los campeonatos que tenga que encarar. El financiero puede esperar; está en su último año en la gestión y quiere despedirse con todos los honores.

Independiente ya es una marca registrada. Es una institución que con el pasar de los años se ha convertido en protagonista. Presenta un plantel fortalecido. Es un club grande, y los grandes ya no solo piensan en competir, sino en ganar en todo lo que participen. Católica ha incluido a jugadores conocidos, como Franklin Guerra, Cristhian Colman y varios refuerzos más. Es un equipo que al inicio siempre amenaza con ser protagonista, aunque pocas veces apuesta al título.

El actual campeón, Aucas, con lo mostrado en los partidos de preparación, da la impresión de que viene más débil que en el 2022, el año más importante de su historia. Aunque tienen a un DT con gran prestigio, parecería que perdió futbolistas que no ha podido reemplazar. La competencia oficial se encargará de demostrar o no esta percepción.

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Emelec debuta en el 2023 con el equipo de José Pileggi y compañía, con Miguel Rondelli como DT. Incorporó a 16 jugadores como refuerzos, y a los hinchas eléctricos los ilusionan los retornos de Miler Bolaños y Bryan Angulo y la inclusión de Luis Fernando León, más la nueva legión de extranjeros. En los diversos juegos preparatorios no hemos observado la real capacidad del equipo, que eso sí, ha prendido el anhelo de quedar campeón, lo que no consigue desde el 2017.

El resto de equipos, en este orden, buscarán encontrar un cupo en la Copa Sudamericana: Deportivo Cuenca, Orense, Guayaquil City, Mushuc Runa. Mientras que El Nacional, Técnico Universitario, Libertad, Gualaceo, Delfín, Cumbayá lucharán por mantenerse en la categoría. En fin, el torneo genera expectativas en una afición ansiosa de ver fútbol, pero del bueno. El tiempo se encargará en demostrarlo. (O)