A fines de agosto, Robert Lewandowski cumplió 37 años, a fines de septiembre lo festejó marcando su gol oficial número 700. Una cifra asombrosa que lo ubica como octavo goleador de todos los tiempos. Y si anota 62 más puede trepar hasta el quinto puesto, superando a Romario (761) y a Puskás (760).

Se lo ve muy bien físicamente, así que ¿por qué no…? Mérito gigante para un futbolista polaco porque lo logró en el máximo nivel: doce temporadas en Alemania con el Dortmund y el Bayern y afrontando ahora la cuarta en el FC Barcelona.

Lewa es el máximo goleador extranjero de la historia de la Bundesliga con 447 impactos y el tercero en Champions League con 105, solo por detrás de Cristiano Ronaldo y Messi. Máximo goleador del campeonato en Polonia, España y Alemania (aquí siete veces).

De padre, madre, hermana y esposa deportistas de élite, sabe de disciplina y de cuidados, por lo que no es arriesgado aventurar que pueda jugar hasta los 40. Entonces tendría chances de escalar al tercer lugar de los romperredes históricos.

Electrocables Barraza

Para tener una dimensión de su carrera vale la comparación con el fantástico Grzegorz Lato, estrella de Polonia y goleador absoluto del Mundial del 74, quien sumó en toda su carrera 189 conversiones. Es verdad que Lato, sensación en aquella copa, era más puntero derecho que centrodelantero, pero vivía entrando al área y estaba muy emparentado con el gol.

Era buenísimo. El planeta fútbol no pudo disfrutarlo más porque la Unión Soviética era hermética, no salía ni el aire, y Polonia estaba bajo su órbita. No se permitía la emigración. Mucho menos a una figura que podía significar propaganda para el régimen.

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¿Qué cualidades llevaron a Lewangolski a semejante registro…? Una gran astucia en las 18 yardas, colocación, excelente cabezazo, perfecta técnica de remate con los pies y, especialmente, serenidad para definir. No patea al arco, patea a un lugar del arco.

Elige el hueco y le da con precisión, casi siempre ajustada a los palos. Finalizador experto, ayudado también por su capacidad de control de bola. No luce por habilidad, pero posee toda la pericia necesaria ahí dentro. Sabe todo lo que requiere la jugada para terminar en gol y es un tiempista notable, ni lento que lo anticipen ni apresurado que desperdicie la ocasión.

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Los 700 goles de Robert (en 993 partidos, a una media de 0,70) nos llevan a preguntarnos: ¿quién es el mejor ‘9’ del mundo hoy…? Si nos atenemos a su estadística, la pregunta ya tiene respuesta: Lewandowski. No obstante, hay diversos matices.

Analizando solo por números podríamos citar también a Cristiano Ronaldo (945) o a Messi (884), pero el portugués no es ‘9’ puro, comenzó como puntero diestro en el United y desde 2009, cuando llegó al Madrid, merodea el área desde el borde. Messi fue primero extremo por derecha, con Guardiola ‘falso 9’ y desde hace muchos años un armador que llega desde atrás. No está en el área, llega al área.

Entre los viejitos en actividad es insoslayable Luis Suárez (599 tantos). Ya cercano a los 39 eneros le cuesta mover la carrocería, pero ha sido un ‘9’ sensacional, completo, por disparo, ambición, peligrosidad, fuerza física, mente de acero. Para llegar en bloque (Barcelona) o jugar de llanero solitario. Goleador en Holanda, Inglaterra, España, Brasil y Estados Unidos. Un ganador total. Lo más parecido a Gerd Müller (de pie, por favor). El mejor futbolista uruguayo de siempre, lo que no es poco.

Otro fenómeno que le sigue dando, a punto de cumplir 38, es Karim Benzema. Como acontece con Messi, el gol no es lo más relevante en este moro de sangre argelina. Aunque lleva 501. Lo suyo es el juego, el intelecto, el dominio de balón. Un ‘9’ que piensa como ‘10’, que baja diez metros en el campo y orquesta avances.

Y siempre con las antenas paradas para robar un balón y armar el contragolpe. Ha compartido ataque con Cristiano, Higuaín, Gareth Bale, Morata, Asensio, Vinícius, con todos se entendió. El futbolista de categoría escanea y procesa rápido al compañero. Karim pasa por el fútbol en puntas de pie. Sujeto sin aspavientos, habla lo mínimo, como si no quisiera molestar.

Hace goles sin que nadie le llame goleador, crea juego sin el cartel de creativo, es un guerrero indomable con una suave sonrisa tipo Mona Lisa, no se golpea el pecho gritando “yo, yo, yo…” lidera en silencio, corre y pelea desmintiendo al documento. Ha sido una figura grande del fútbol, merecía largamente el reconocimiento que le dio el Balón de Oro.

Por clase, por movimientos, por inteligencia, porque entra y sale del área con sabiduría oriental, por ser completo —golea y arma juego—, Harry Kane es el prototipo del delantero centro. Crack, jugador de equipo, ultrapositivo, serio, sin baches. Con 32 años y 464 goles no parece que llegue a los 700; no obstante, es imposible no incluirlo en esta nómina.

Kylian Mbappé, 27 años en diciembre, muestra también una ficha fulgurante: 392 anotaciones con, por lo menos, una década más de trayectoria. Tiene la virtud de la movilidad y eso le permite encontrarse con hartas situaciones de gol todos los partidos. Eso, más su devastadora potencia y velocidad. Le falta un toque de sensibilidad con el balón y se atolondra muchas veces a la hora de decidir frente al arco.

“Como mejor ‘9’ no entra en la discusión —dice Ricardo Rozo, magnífico analista colombiano—. El equipo juega para él, ahora en el Real Madrid como antes en el PSG. Pero la relación goles/oportunidades no lo favorece. El mejor ‘9’ no puede errar tanto. En un equipo sin tanta supremacía como el PSG o el Madrid en sus ligas tendría muchos menos goles”.

Entre los jóvenes merece una mención Julián Álvarez (25 años). Es el de menos caudal goleador (139); sin embargo, ya hilvanó 16 títulos (desde campeón de América y del mundo a ganar Libertadores y Champions, pasando por Premier League y otros). Pero crece y crece cada día. “La excelencia que alcanzó en todos los aspectos del juego es notable”, dice Héctor Pérez, agudo observador argentino. Es verdad, domina todas las facetas: gol, pase-gol, pelota parada, prodigalidad, carrera, toque, pujanza…

Dejamos para lo último a Erling Haaland, la Bestia, el Animal, el Androide, el Vikingo, el Robot, Noruegol. Un entusiasta del gol que reúne 318. En sus equipos anteriores (Molde FK de Noruega, Salzburgo, el mismo Borussia Dortmund o la selección de su país) no tenía el acompañamiento del que goza en el Manchester City. Aun así, siempre estuvo en la red.

Es un definidor infalible. Tiene mil variantes frente al arquero: de atropellada, de cabeza, de rebote, contraatacando con espacios, estando rodeado en el área. Y enfrentando al arquero mano a mano, de diez puede fallar uno, nueve van adentro. Es un salvaje del gol.

Al principio se pensó en un grandote medio torpón estacionado en el punto del penal; nada que ver, muestra mucha dinámica, arranca de atrás, participa en el circuito de armado del equipo y sabe jugar, entrega con precisión la pelota, le pega bien. Justamente, las dos condiciones básicas de un supergoleador son rematar bien y ser veloz. Reúne ambas.

No destila exquisitez con el balón, tampoco es un negado, es generoso con sus compañeros y por ello suele vestirse de asistidor. Y, además, un individuo constructivo para el equipo. Esto contesta la pregunta del título: para este cronista, el mejor ‘9’ puro del mundo hoy. (O)