Es lo habitual: cuatro o cinco se van contentos o al menos conformes de un torneo; los demás se vuelven entre broncas y caras largas. Nos propusimos hacer un ranking de satisfacción de la Copa América de acuerdo con la actuación de cada uno. ¿Cuántos se fueron con buen sabor de boca…? ¿Tres, cuatro…? A ver…

1) Argentina. El campeón siempre se va satisfecho o feliz, es lógico. No obstante, no fue una conquista tan celebrada como otras pese a que ganó cinco partidos y empató el restante, incluso pese a recibir un solo gol. Fue su triunfo más burocrático. Pero engarzó un collar extraordinario que nunca se había logrado en Sudamérica: Copa América-Mundial-Copa América. Un equipo granítico, mentalmente superior al resto. Tiene juego, pero sobre todo carácter e inteligencia. Posee la astucia del cazador de campo, sabe esperar a la presa, manejar los momentos, sobre todo los adversos, hasta acomodarse y lastimar. Lo demostró en la final: pasó un par de sofocones al comienzo, emparejó, empezó a prevalecer y definió sobre el final con un gol de altísima factura. Especialista en partidos bravos, solidario entre sus miembros, con un arquero y tres defensas excepcionales: Dibu Martínez, Romero, Lisandro Martínez y Tagliafico. Y un goleador encendido: Lautaro Martínez

2) Colombia. Naturalmente, el que pierde la final queda con un regusto amargo. Pero en cuanto a exhibición futbolística, a funcionamiento, a solidez colectiva, Colombia es el que se va más robustecido. También es el que hizo más goles, el más ofensivo, el de individualidades más destacables. Ha sido un reflorecimiento espectacular de la selección cafetera, que se ubica sin debate alguno en el grupo de potencias continentales junto a Argentina, Brasil y Uruguay. Se despintó en la final, aunque esto no la desmerece en absoluto. Ojalá el fútbol colombiano siga esta línea marcada por el técnico Néstor Lorenzo. En cualquier selección ideal de la Copa no pueden faltar James Rodríguez, el zaguero Dávinson Sánchez, el centromedio Jefferson Lerma y el lateral Daniel Muñoz.

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3) Venezuela. Ganó su grupo invicto y con puntaje ideal. Y se fue de la competencia sin perder, apenas eliminado en los penales por Canadá. Una evolución notable, sin hacer cáscara, en silencio, demostrando en la cancha. Esto le permitió ubicarse en el puesto 37 del ranking mundial y ser la selección de mayor evolución entre las 211 que componen el universo fútbol. Escalafón en el que ya dejó atrás a Perú (42.°), Chile (43.°), Paraguay (62.°) y Bolivia (89.°). Inimaginable unas décadas atrás. Fue quinto en la Copa y terminó con el 83,33 % de rendimiento. Mostró algunos jugadores nuevos muy promisorios, como el lateral Jon Aramburu (21 años, de la Real Sociedad) y el armador Telasco Segovia (también 21, en el fútbol portugués). Lo increíble es que ese progreso se da en un marco social de casi catástrofe, en medio de carencias de todo tipo en la patria de Bolívar.

4) Canadá. Era el único debutante de la competición y de un medio poco futbolero, pero se dio el gusto de jugar los seis partidos y terminar cuarto. Ya tenía el tercer puesto en el bolsillo, ganaba por 2-1, pero Uruguay le empató en el minuto 92 y luego lo dejó afuera en la tanda de penales. Solo ganó un partido (a Perú); sin embargo, mostró cualidades y jugadores interesantes, como el puntero Jacob Shaffelburg (24, Nashville SC), el volante Ismaël Koné (22, Olympique de Marsella), el zaguero Moïse Bombito (24, Colorado Rapids). Un equipo de coraje, cayó dos veces ante Argentina, pero sin mostrar miedo, haciéndole frente. Muy ponderable.

Los cuatro nombrados cumplieron con las expectativas o dieron incluso más. Aquí es preciso hacer un corte y dividir entre los que se fueron con sonrisas y los que no. En verdad, este pasaría a ser el ranking de descontento.

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5) Uruguay. En lo previo era el cuco del campeonato, por su andar arrasador en las fechas finales de la eliminatoria. Y arrancó demoliendo: 3-1 a Panamá y 5-0 a Bolivia, aunque comenzó a despintarse ante Estados Unidos, al que venció 1 a 0 con un gol que aún se discute por fuera de juego. Ahí ya no fue tan convincente. En el turno siguiente empató a cero con Brasil y lo eliminó en penales en un choque en el que propuso una guerra y la ganó. Y quedó fuera de la lucha por el título en otro fragoroso duelo ante Colombia, que terminó derrotándolo con un hombre menos durante 56 minutos. Sus jugadores dejaron la impresión de que les agrada más la batalla que el juego. Llegó como serio candidato a campeón; no cumplió. Hasta Bielsa quedó chamuscado.

6) Brasil. Si un aspirante eterno a la corona termina quinto, no hay nada para festejar. No le salió una. Hasta Vinicius, que llegaba con su cartel de “balón de oro inminente”, se fue frustrado. Sin juego y sin fuego esta selección de Dorival Junior, al que sus jugadores marginaron de la ronda previa a los penales ante Uruguay en una escena patética. Muy lejos de cualquier Brasil que recordemos. Sin cracks.

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7) Ecuador. Sus máximos referentes anunciaron que iban a Estados Unidos a ser campeones: terminaron octavos. Como en el Mundial 2022, ganaron un solo partido; antes a Catar, ahora a Jamaica, los dos peores exponentes de cada torneo. Lo positivo: hizo su mejor partido ante el campeón, al que no estuvo lejos de vencer. Pero nuevamente se quedó en promesa. Lo más auspicioso: la confirmación de Jeremy Sarmiento y de que Alan Minda y John Yeboah pueden ser dos valores importantísimos de ahora en adelante. Otra buena: se fue Sánchez Bas, un DT que no transmitía. Ya se sabía que no iba a andar en el mismo instante en que lo anunciaron, igual que con Jordi Cruyff.

8) Chile. Se fue sin ganar un partido y sin siquiera marcar un gol, queriendo justificar su fracaso en los arbitrajes. Ni siquiera alcanzó a ser el Chile anterior a sus dos Copas América ganadas. Esas conquistas de 2015 y 2016 conseguidas por la Generación Dorada elevaron el nivel de exigencia de su público, que ahora pide actuaciones similares. Los actuales seleccionados no están en condiciones de corresponder.

9) Perú. Ídem que el anterior: cero victorias, cero gol, cero juego, cero renovación del plantel. Terminó jugando con Paolo Guerrero de 9, un hombre de 41 años sin movilidad alguna. Como dijo el colega limeño Fernando Jiménez: “Ya cumpliste tu ciclo, Paolo, no es tu chacra. Es el equipo que representa al país, no está a tu merced, por más que hayas hecho faenas fabulosas en antaño...”. Fossati no tuvo la energía para decirle a él, a Cueva, a Carrillo que ya no están para la camiseta nacional.

10) Bolivia. De Bolivia se pensaba que ni siquiera podría empatar un partido. Y no lo empató. Al menos hizo un gol. Otro que eyectó a su entrenador, Antonio Carlos Zago.

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11) Paraguay. Mostró algunos jóvenes interesantes, como Julio Enciso y Ramón Sosa; no parece tener malos elementos, pero algo pasa en la Albirroja y no es bueno. El gran capitán Gustavo Gómez, multicampeón con Palmeiras, máximo referente del equipo, fue al banco y no tuvo un minuto en toda la Copa. Tres derrotas, ocho goles en contra. Números lapidarios. Otro que voló a su DT.

12) Estados Unidos. Era el local, venía precedido de un crecimiento futbolístico. No lo mostró. También despidió a su conductor. (O)