De ninguna manera estoy de acuerdo con una eventual convocatoria de Robert Arboleda y Gonzalo Plata para que regresen a la Tricolor, de cara a los partidos por las eliminatorias al Mundial 2026 contra Brasil (5 de septiembre, de visita) y Perú (10 de septiembre, en Quito). Los dos futbolistas no han hecho méritos para ser tomados en cuenta. La posibilidad de que sean citados surge porque Sebastián Beccacece, por lo que ha declarado, no tiene impedimento (reglamentario) alguno para llamarlos.

Pero que el técnico de Ecuador tenga libertad para citar a Arboleda y Plata no es una razón para que retornen (quedaron al margen de la Copa América 2024 tras asistir, junto con Kendry Páez, a un local de striptease en Nueva York en marzo anterior, en la víspera de un amistoso con Italia). Ambos no han sido recíprocos con el respeto que merece la Selección.

Además, conozco que Arboleda ha hecho saber que no desea volver. ¿Para qué se gasta tiempo en buscar a una persona que tiene una voluntad perdida? Yo diría que Beccacece entraría con pie derecho, como entrenador de Ecuador, si demuestra que es capaz de hacer acatar la disciplina. Si es así, el grupo va a entender de qué lado está el técnico de Ecuador.

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Beccacece les demostraría a sus dirigidos que es partidario del orden, del respeto y de la disciplina. Caso contrario, si convoca a Plata y Arboleda, el mensaje será que está dispuesto a dar licencia para la impunidad, que no pasa nada si se cometen actos de mala conducta.

Lamentablemente, se pretende hacer creer algo que no es cierto: que convocar a los indisciplinados sería darles una segunda oportunidad. De Plata y Arboleda se repite que todos merecemos tener una nueva oportunidad luego de incurrir en un error. Pero ellos son reincidentes y ya han tenido varias oportunidades. Incluso cuando se las dieron no las respetaron ni las aprovecharon. Yo vería con buenos ojos que Beccacece le dé prioridad a la disciplina en la Tricolor.

Algo que me ha llamado mucho la atención es que la dirigencia de la Federación Ecuatoriana de Fútbol diga que no hay reglamento para sancionar sucesos de indisciplina. Se asume que, al no existir un ordenamiento, quien cometa una falta no será castigado. Pero los temas de ética no siempre deben estar ajustados a una normatividad. Lo recomendable es que la FEF, de una vez por todas y para evitar futuros problemas relacionados con comportamientos incorrectos, imponga reglas y normas de conducta en la Selección.

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En el caso de Kendry Páez, la FEF debió amonestar públicamente al jugador de Independiente del Valle por estar presente en un centro nocturno de Nueva York, siendo parte del combinado nacional. Tampoco Páez ofreció disculpas a la afición por su falta.

Sin embargo, aunque creo que Páez sí merece otra oportunidad —porque es muy joven y se dejó llevar por gente que lo embarcó en un lío—, esto no es exclusivamente una cuestión de segundas oportunidades. La gran oportunidad se la da la Selección a las carreras deportivas de los futbolistas por el honor de vestir su camiseta. No son los jugadores los que les dan oportunidades a la Tricolor. Deben interpretar el privilegio que reciben, así tengan 15, 16 o 17 años, es un verdadero honor representar al país. (O)