Suplente de inicio, Cristiano Ronaldo agitaba los brazos para animar a sus compañeros cuando el Manchester United encajó el 0-1 del Brighton y Lucas Gross, que marcó el 0-2 antes del descanso y que retrató al conjunto de Erik ten Hag, un chollo defensivo y un equipo menor en su extraño presente, más allá de la reacción posterior con la salida del astro portugués y del 1-2 que anotó Mac Allister en propia puerta.