A sus 76 años, Sven-Göran Eriksson sabe que le queda poco tiempo. Así lo admite él mismo en cada una de sus intervenciones desde que en enero le diagnosticaron cáncer de páncreas en fase terminal y los médicos le aseguraron que, “en el mejor de los casos”, le quedaría un año de vida. Eso dice una nota del diario AS, de España, sobre el exitoso entrenador sueco.